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LA IDENTIDAD CAPUCHINA AL PRINCIPIO DE SU REFORMA Jesús Lucas Rodríguez García, ofm. cap. Es un deber de conciencia para los religiosos el continuo retorno a la inspiración primigenia de su insti– tuto. Lo que significa: revitalizar su vida actual, reinterpretando y recupe– rando valores perennes que dieron legitimidad al nacimiento de su ca– risma. Los elementos que caracterizan la identi– dad capuchina según los documentos y testi– monios del primer siglo de su reforma y que tratamos en este artículo, son los siguientes: vuelta a la Regla y al Testamento de Fran– cisco y la añoranza de los orígenes fran– ciscanos, vida contemplativa y evolución del eremi– tismo, radicalidad en la pobreza, austeridad gozosa, obras de caridad hacia el prójimo, sencillez y humildad, y predicación popular. Retorno a la Regla y al Testamento La vida de los primeros capuchinos tuvo desde los inicios un ansia innegable de ser una interpretación profundamente exigente del ideal franciscano. Mateo de Schio decía que entendía la regla porque la observaba y que ninguno puede entender la regla si no la ob– serva, pues ésta no consiste en la observancia de ceremonias sino en vivirla en el espíritu. En la identidad capuchina es fundamental el practicar la regla pura y sencillamente si– guiendo el texto lo más perfectamente posible para llegar a la intención más genuina y más auténtica de san Francisco. Y es así como se redescubren los valores de la caridad, la peni– tencia, la pobreza. Los primeros capuchinos estaban convencidos de redescubrir a Fran– cisco genuino si volvían al Espíritu de Cristo que había dictado la regla. Es sobre todo a partir de las Constituciones de 1536 cuando nos damos cuenta enseguida del cristocentris– mo que aparece en los primeros capuchinos. El Espíritu y la vida de Cristo, seguidos por Francisco y sus primeros compañeros, vienen a ser la clave de la vida de los capuchinos. Siguen al Cristo pobre, humilde y crucificado, servidor del Padre y de los hombres. Llevan esto a la concreción en el espíritu de oración, de pobreza y de penitencia. La observancia de la Regla La rigidez con la cual se vive la regla vie– ne señalada en el breve "Pastoralis officii cura" de Clemente VII donde se dice que los capuchinos "conducen una vida tan austera y rígida, casi inhumana, que provocan una gran– dísima turbación y escándalo en los otros pro– fesos de la misma Orden, los cuales temen por tal motivo no cumpli r ni ellos mismos la regla". Para conseguir tal rigidez, pretenden, siempre que pueden, (recordando el testamen– to de Francisco), renunciar a todos los privile– gios que relajan la regla. Por esta forma de vivir la regla, Urbano VIII en 1627 concederá a los capuchinos el título de verdaderos hijos de Francisco. Los capuchinos, como reforma francisca– na, establecieron pronto un preciso modo de interpretación y observancia de la regla. Los comentarios capuchinos de la regla son un ejemplo de ello. Por ello se manda que los ca– puchinos "enseñen a caminar siempre en la presencia de Dios, a desear sobre todo el Es– píritu del Señor, a conservar la pureza del corazón y del cuerpo, ambicionar a la altí– sima pobreza y a la penuria de las cosas, de– sear la abyección de sí mismos, abrazar vo– luntariamente las tareas humildes y viles, 169
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