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NOTAS Y TESTIMONIOS CUADERNOS FRANCISCANOS ENERO/MARZO 1997 N' 117 sentido de la dirección espiritual: en vez de dar recetas de conducta o fomentar la ideali– zación del deseo, le ayude a autodírigírse". 7 Desde otro ángulo, la dimensión antropo– lógica se puede comprender en la contraposi– ción entre los sentidos de la vista y del oído. Cuando miramos a alguien, lo reducimos a la categoría de objeto, lo cosificamos. La rela– ción visual es de un sujeto (el que mira) y un objeto (la persona mirada). Esta relación de sujeto a objeto no es personalizante. En cam– bio, cuando oímos a alguien, al que escuchamos le damos categoría d,e sujeto. La relación acús– tica es de sujeto (el que habla) a sujeto (el que escucha). Esta relación es personalizante. Hay otro detalle a tener en cuenta. El oído es un sentido verdaderamente humano, por– que capta no sólo sonidos, sino la palabra, como vehículo de la idea. La vista, en cam– bio, sólo capta imágenes y no nos eleva más allá de Jo puramente animal. Por consiguiente, 7 GARRIDO, Javier. Obra citada, pp. 30 a 37. Es un libro que recomiendo encarecidamente a todos los formadores. 7 &t 1~. aujeto, de au ~ Carlos Bazarra, OFM. Cap. Si ahora pasamos a la dimensión cristia– na y evangélica, podemos corroborar lo que venimos diciendo sobre el formando como sujeto. Uno de los principios fundamentales del Evangelio, y que le acarreó la inquina y persecución de los sacerdotes y fariseos a Jesús de Nazaret, fue la primacía del hom– bre sobre el templo, sobre la ley, sobre el · sábado: "El sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado" (Me 2, 27). Según el Evangelio, cualquier hombre o mujer debe ser considerado como sujeto, como persona, por encima de cual– quier estructura y cualquier circunstancia. También los formandos. Cuando a una per– sona se la silencia, no se le respetan sus derechos, se la considera simplemente como objeto destinatario de las decisiones de los demás, entonces no se está en una perspec– tiva evangélica. "La personalización se inspira en el es– tilo educativo que ha tenido Dios con el hombre ... El proyecto de Dios sobre el hombre no se da de una vez por todas, sino a través de un proceso gradual. Dios nos transforma "desde fuera" , por un golpe de varita mágica. Respeta su realidad, sus con– dicionamientos, su historicidad. Dios se hace hombre. Sin este proceso de integración de lo humano, la vocación del discípulo se pierde en la intemporalidad del espiritua– lismo" .8 La diferencia entre un método de for– mación autoritario, sin considerar al for– mando como sujeto, sino sólo como objeto, y un método de formación según el Evan– gelio, que exige la consideración de cada 8 GARRIDO, J. Obra citada, pp. 53-54.

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