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Carlos Bazarra, OFM. Cap. modo se asegura la participación de los formandos en la fase deliberativa, en cuanto sujetos de su propia formación. 5. El formando en la fase ejecutiva de la formación. La participación de los formandos en la fase ejecutiva será más plena y respon– sable cuanto más activa haya sido su colaboración en la fase deliberativa. Esa es una actitud psicológica normal: me desentiendo de lo que se me impone, y me intereso y colaboro en lo que se me ha consultado . El orden ejecutivo ha de ser contem– plado en sus diversos niveles. Esto quie– re decir que debe darse lugar al ritmo personal de cada candidato . Por eso no es aconsejable fusionar diversas etapas en una misma sede, con el peligro de que los objetivos de un grupo interfieran con los de la otra etapa. De hecho la PI desaconseja que e l Postulantado se reali– ce e n la misma casa del Noviciado. 35 a) En cada casa de formación el can– didato debe ser sujeto y respetado en sus derechos como persona. Ha de sentirse aceptado y escuchado en su problemática íntima y vocacional. Se destruye automá tic amente el proceso formativo c u ando el candidato se experimenta juz– gado antes que aceptado. El juicio debe 35. "Las formas de realización del postulantado pue– den ser diversas: acogida en una comunidad del Instituto, (sin compartir sin embargo toda la vida), excepto en la comunidad del Noviciado que es desaconsejable a no ser que se trate de las monjas de clausura". PI 44. 14 NOTAS Y TESTIMONIOS CUADERNOS FRANCISCANOS ENERO/MARZO 1997 N• 117 seguir a la aceptación, y no viceversa. ')~t!At,(444,~ de~~~ ttelee#, ~ a, lllt, ~- et&, #0- 4,óÍ,o, ~~ 4,Út,(J, ~ (j'Ut/14, Hay formadores que tienen miedo al grupo. Se sien ten inseguros. Y se parape– tan en la creencia de que el grupo puede dominarle. No hay que temer a la verdad, " la verdad les hará libres" (Jn 8, 32). Es bueno escuchar a todo el grupo no en plan polémico sino en actitud receptiva , con deseo sincero de comprender y ayu– dar, hacer de los problemas tema de ora– ción. El formador debe inspirar confian– za antes que temor. A veces se juega con una amenaza implícita frente a los for– mandos , lo cual siempre será antievangé– lico. b)En e l equipo de formación, como instrumento organizativo sobre la marcha del proceso, y como órgano consultivo y de asesoramiento ante s us Superiores, también debe haber una representación de los formandos . Hemos constatado que en algunas par– tes se teme la participación de los far– mandos en el equipo de formación. Se los considera como grupo de presión que puede anular a los formadores. Y por eso no se les acepta a ese nivel. Si la Provincia tiene un buen equipo de formadores, éste será el primero en estar interesado en conocer el punto de vista de los jóvenes. Y los jóvenes se sentirán apreciados, y harán sugerencias

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