BCCCAP00000000000000000001557

SER FORMADOR DESDE EL EVANGELIO Carlos Bazarra, ofm. cap. Encontré tiempo para sentarme y leer des– pacio el documento "Formación para la mi– sión evangelizadora", elaborado en la XAsam– blea de la CLAR, del 1 al iO de junio de 1988, en Cochabamba (Bolivia). La primera parte demuestra la necesidad de un nuevo proyecto formativo. El apartado siguiente describe los rasgos de este proyec– to: carácter de proceso, inculturado e inserto, espiritual, político, buscando una madurez afectiva e integrando estudio, trabajo y pas– toral liberadora. La parte final es la utopía cristiana. Suena como una voz profética, y natural– mente hay quienes no están conformes. Yo descubro una Teología de fondo que me pa– rece interesante destacar, para que el diálogo no quede reducido a detalles anecdóticos: "había un formando que no hablaba más que de inserción, y a la primera de cambio dejó embarazada a una joven del barrio". A este nivel es inútil dialogar. Los chismes no inte– resan. Quiero exponer en forma sencilla los as– pectos teológicos de este proyecto de la CLAR que me parecen relevantes. De este modo será más fácil valorarlo críticamente 1 . l. LA FORMACION DEBE SER EVANGELIO Considero que el Evangelio, no tanto la letra como el espíritu, deben ser el marco y la atmósfera de nuestra vida. Vivir el Evan– gelio, seguir a Jesús, es la razón de nuestra consagración. Sin embargo, en el campo de la formación no es tan raro encontrar quien disocia edu– cación y Evangelio. Jesús dijo: "Todos ustedes son hermanos" (Mt 23, 8) . Y en los centros formativos a veces se piensa: "el postulante, el novicio, no puede ser igual. Hasta que no haga los votos perpetuos, no es mi hermano". Cristo proclama: "Invita a los pobres a tu mesa" (Le 14, 13). Y nosotros decimos: "En la casa de formación no se puede admitir a cualquiera". Hay una superposición de lo ju– rídico sobre lo evangélico. Se crea un vacío, un paréntesis de vivencia evangélica. El Evan– gelio es sólo doctrina, no praxis formadora. Y así resulta un paralelismo peligrosísimo entre proyecto evangelizador y proyecto for– mativo. Perdemos de vista el Evangelio. Y el resultado es que formamos gente de casta, gen– te separada (Uariseos?). La Vida Religiosa puede terminar no teniendo nada de evangé– lica. ¿Qué es evangelizar? Si tuviera que selec– cionar una frase que resumiera mejor (aunque no totalmente, por supuesto) el mensaje de la Buena Nueva, destacaría la siguiente: "El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado" (Me 2, 27). Hay una alusión al origen del hombre. El hombre es lo original, y todo lo demás está orientado al ser humano, a ser hombre o mu– jer en plenitud. El sábado es para el hombre ; la Ley y el Templo son para que el hombre sea hombre. Es el gran proyecto formativo de Dios: "Hagamos al hombre" (Gén 1, 26). Y si pasamos al Nuevo Testamento, Dios se mantiene fiel a sí mismo (2 Tim 2, 13) y 47

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz