BCCCAP00000000000000000001555

ron que el Papa convocara a Capítulo en 1239, siendo destituido Fr. Elías. Se prohíbe que en adelante los hermanos laicos puedan asumir cargos de gobierno, a no ser por falta de clé– rigos. Es elegido por primera vez un Ministro General sacerdote: el Beato Alberto de Pisa, que sólo duró un año. Le sucedió Haymón de Faversham (1240-1244), que acentuó los cam– bios en la línea de la clericalización de la Or– den. Este religioso inglés había conocido y admirado a Jordán de Sajonia y a Raymundo de Peñafort, y modeló la Orden según el mo– delo de los dominicos. El trabajo pastoral es cada vez más importante. Se excluye a los lai– cos de las tareas de gobierno y se reduce drás– ticamente su número. En el Capítulo de 1242 se redacta la si– guiente disposición, que luego San Buenaven– tura incluirá en las Constituciones de Nar– bona: "Y porque no sólo a causa de nuestra sal– vación nos llamó Dios, sino que realmen– te también para la edificación de los de– más mediante el ejemplo, los consejos y saludables exhortaciones, ordenamos que nadie sea recibido en nuestra Orden, a no ser que sea clérigo instruido en gramáti– ca o lógica; y a no ser que sea un laico cuyo ingreso sea célebre y sirva su fama para edificación del pueblo y del clero. Si alguien es recibido fuera de estas normas será para el conveniente ejercicio de los oficios domésticos, y en ese caso no sea recibido sin urgente necesidad, y con li– cencia especial del Ministro General" 12 • Estas medidas fueron cambiando la fiso- nomía de la Orden. En el Capítulo de 1239 se cometió un verdadero atentado contra la naturaleza y estructura de la Orden, que tuvo una repercusión muy grande en lo que se re– fiere a los hermanos laicos: "... la Orden de los Hermanos Menores, primitivamente mixta, es decir, compues– ta de clérigos y laicos, que podían iguali– tariamente unos y otros ejercer los oficios de superiores y dedicados a la humilde predicación de la penitencia, y sometidos a los obispos, se va a transformar en una orden de clérigos, exenta de la jurisdic– ción episcopal, y dedicada al ministerio de las almas propiamente dicho" 13 . San Buenaventura considera que ese cam– bio es un progreso: 308 "No te asuste el pensar que los Herma– nos fueron al principio simples e iletra- dos; al contrario, este hecho te debe con– firmar en la fe en la Orden. Te confieso, delante de Dios, que esto es lo que me hi– zo amar más la forma de vida del bien– aventurado Francisco. Era semejante en los comienzos a la perfección de la IglE¿– sia, que comenzó primero con pescadores simples y luego fue progresando hasta te– ner en sus filas doctores eminentísimos y doctísimos. Lo mismo podrá observarse en la Religión del bienaventurado Fran– cisco, demostrando Dios que no fue in– ventada por la prudencia de los hombres, sino por Cristo. Yporque las obras de Cris– to no desfallecen, sino progresan, se mues– tra que tal obra fue divina, dado que no desdeñaron abajarse también los sabios a la convivencia de hombres simples..." 14 . A pesar de esa dolorosa evolución, los hermanos laicos siguen estando presentes en la Orden, y son estimados, como lo demues– tra esta florecilla del bienaventurado Gil de Asís: "Una vez el Hermano Gil dijo al General Hermano Buenaventura: 'Padre mío, Dios te ha concedido muchos favores. Noso– tros, ignorantes e idiotas, que no recibi– mos ninguna suficiencia, ¿qué podremos hacer para ser salvos?'. Respondió el Ge– neral: 'Si Dios no le diere otra gracia al hombre que el poder amarlo, esta sería suficiente'. Dijo el hermano Gil: ¿'Puede el idiota amar a Dios tanto como el ile– trado?'. Respondió el General: 'Puede una viejita amar más que un maestro en teolo– gía'. Entonces el hermano Gil se encendió en el fervor del espíritu, y yendo al huerto, por la parte que mira a la ciudad, comen– zó a gritar: 'Viejecita, simple e idiota, ama a Dios y podrás ser mayor que el hermano Buenaventura" 1s. c) Consecuencias de la clericalización Las medidas que se tomaron en tiempo de Haymón de Faversham trajeron enseguida como efecto la disminución numérica de los hermanos laicos. Tanto es así que ya en 1248 se siente la necesidad de recurrir en los con– ventos a servidores seculares -los "famuli"-, situación que ya entonces era vista por mu– chos como contraria al genuino espíritu fran– ciscano 16 . Ya en el siglo XIII la Orden empieza a hacer proselitismo entre los niños -"pueri oblati"-. Aquí ya no se da aquello de que "los que no saben letras...", sino que a los que tie– nen capacidad se les orienta hacia el sacerdo-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz