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86 El día 29 de marzo, recién es trenada la primavera en Euro– pa, Saúl ZAMORANO, ofm, 39 años, voló a Roma desde San– tiago de Chile para ocupar en la Curia General OFM el cargo de Vice-secretario para la Formación. Apenas ordenado sacerdote, luego de completar sus estu– dios de Teología en Canadá, comenzó a dedicarse a las tareas formativas en su provincia de la Santísima Trinidad de Chile, integrando un equipo que, a poco andar, desarrollaría un tra– bajo inteligente y renovador, en el que, con los hermanos Ca– puchinos de la provincia Ríoplatense, fueron pioneros en el Cono Sur, con unas pautas y una metodología que ya son co– sa adquirida casi en todas partes. Cinco años se desempeñó Saúl en esta tarea, hasta su tras– lado a Cefepal, donde permanecería ocho, cinco de ellos como director del Centro y de nuestra Revista CUADERNOS FRAN– CISCANOS. Anselmo Gómez, de tan feliz memoria, fue quien lo introdujo en el espíritu y la dinámica del Centro, y de quien heredó su entusiasmo por el quehacer franciscano dentro de los objetivos específicos de Cefepal. Ejerció la docencia a lo largo de esos ocho años, y espe– cialmente en los cinco últimos, en la Universidad Católica de Valparaíso (Cristología) , en las Casas de formación de la Or– den, en Chile, y en la mayor parte de los países latinoameri– canos, a través de cursos, semanas de estudio y retiros, con la competencia y buen hacer pedagógico que lo caracterizan. Es tenaz y perseverante, ordenado y eficaz, a lo que habría que agregar otras bellas cualidades, como su don de consejo y su simpatía, aunque, a veces, y como a todo latinoamericano que se precie, se le despierte el indio. De todo, y más, podríamos dar fe quienes hemos convivi– do con él en es tos últimos cinco años: Ignacio Larrañaga, re– sidente "vitalicio", aunque esporádico, de Cefepal, y el que sus– cribe; como de que hemos sido felices día tras día trabajando, planeando, ilusionándonos juntos, de una manera tan unáni– me que, a veces, nos preguntábamos si eso sería normal. Está dicho, pues, que el alejamiento de Saúl ha sido para nosotros un duro golpe, y que el vacío que deja, por lo dicho y no dicho, y por la eficaz actividad animadora que venía desa– rrollando en tantos lugares, no será fácil de llenar. Desde su nuevo e importante cargo en Roma la seguirá cumpliendo a otro nivel, con mayores responsabilidades, y sin duda, con pareja eficacia. Saúl hermano, gracias por todo lo que nos has dado a no– sotros y a tantos hermanos y hermanas de América Latina a lo largo de todos estos años de convivencia y servicio fraterno en y desde Cefepal. Que seas feliz. Camilo E. Luquin

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