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organización bastante compleja que abarca a todo el país, y que cuenta con varias "regio– nais", y con numerosas publicaciones; el se– gundo, con un equipo estable que lleva a cabo una importante labor de animación en diver– sos países de habla hispana, de su revista CUA– DERNOS FRANCISCANOS, y también de numerosas publicaciones. En los últimos años han surgido nuevos Centros: CIPFE (Centro de investigación y promoción franciscana y ecología), en el Uru– guay, que está realizando una labor muy inte– ligente y encarnada en la realidad del propio país, y organiza un Curso anual de francisca– nismo y otros breves sobre diversos temas, con una metodología activa; el CENTRO FRAN– CISCANO, de Argentina, que desarrolla tam– bién diversas actividades de animación fran– ciscana y organiza un "Curso de Verano" de tres semanas y tres años de duración, en el que participan más de un centenar de herma– nos y hermanas, especialmente jóvenes. Este Centro se ha consolidado mucho en los últi– mos años, y su actividad es cada vez más efi– caz. Existe también el CENTRO FRANCIS– CANO DE ROSARIO, que desarrolla activi– dades animadoras, y ha publicado ya varios li– bros. En México, existe el IFEM (Instituto fran – ciscano de espiritualidad de México), con su Curso anual y otros de verano, muy concurri– dos. Desde hace algunos años, venía reunién– dose periódicamente en Santiago de Chile la "Asamblea Plenaria de Cefepal-Chile", en la que participaban los miembros residentes y correspondientes del Centro, hermanos estos últimos de distintos países, vinculados al mis– mo . En la última de estas Asambleas (octubre de 1982) se decidió que, en adelante, ésta tu– viera un carácter más amplio, constituyéndo– se como "Asamblea de Centros de América Latina", cuya sede sería CEFEPAL. Desde esta asamblea, además de revisar la actividad de los Centros y Cursos, intercambiar experien– cias y presentar algunos temas de estudio, co– mo ya se venía haciendo, se tratará de promo– ver la formación permanente, especialmente entre los hermanos mayores, y alentar la inves– tigación sobre todo de carácter latinoameri– cano. d) OFS y JUFRA. Si bien la mayor parte de los hermanos no tienen todavía una con– ciencia y una estima suficientes de la OFS co– mo componente del carisma franciscano , la situación ha mejorado bastante en los últimos 24 años, al parecer en toda América Latina. Co– mo dato significativo señalaremos que en los Cursos de Verano de Argentina y Chile se ha incorporado como materia el estudio de los orígenes y la espiritualidad de la OFS, y los hermanos jóvenes tienen ahora un mejor co– nocimiento y estima de la Orden de Peniten– cia, que en los hermanos mayores es bastante escaso. Indudablemente, queda mucho por ha– cer en este campo. La JUFRA ha experimentado un notable desarrollo en Brasil, Ecuador, Argentina y Chi– le, con varios millares de integrantes en algu– nos de esos países. En los dos últimos cuenta con una organización muy eficaz, con idearios y programas elaborados a partir de la experien– cia y equipos directivos y de asistentes entu– siastas y capaces. 4. Mirando al futuro El impulso renovador que nos vino del Concilio y de la Orden apuntaba a un cam– bio de mentalidad y un cambio interior o una conversión, pero también a un cambio estruc– tural y sociológico. Es evidente que ha habido un cambio de mentalidad en amplios, sectores de la Orden en América Latina, reflejado en múltiples iniciativas de vida fraterna, y en un nuevo clima de respeto y cooperación entre hermanos de distintas edades y tendencias. Así, es fácil y grato constatar cómo ahora los hermanos mayores se muestran mucho más comprensivos con los hermanos más jó– venes, a quienes ya no ven como herederos de sus propias obras; y, asímismo, que los más jóvenes comprenden que aquéllos deben ser respetados en sus propias opciones, aun– que no las perciban como adecuadas para su propio proyecto de vida. Ya hemos dicho que la presencia actual de la Orden está preferentemente encuadrada en América Latina, como, por lo demás, en otros lugares, dentro de unos esquemas neta– mente clericales; y, si somos realistas, y debe– mos serlo, no podemos esperar que esa situa– ción se vaya a revertir en los próximos dece– nios. Pero podemos imaginar, y de alguna ma– nera también anticipar el futuro . "Si hay un grupo que, a lo largo de su historia, ha cono– cido una tensión creadora de nuevos comien– zos, éste ha sido la Orden franciscana. Mu– chos signos están indicando que hoy se le abre a ella un nuevo período de transforma– ciones y de creaciones mucho más exigentes

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