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ha desbordado su propia misión específica y la disponibilidad de hermanos, viéndose obli– gada en los últimos años a cerrar no pocas casas tradicionales, al mismo tiempo que se retoma la tendencia a crear fraternidades en zonas marginales, integradas por jóvenes que no se ven a sí mismos como herederos del es– tilo de vida y los apostolados tradicionales. La excesiva dependencia de nuestras en– tidades franciscanas latinoamericanas de mo– delos culturales, eclesiales y religiosos euro– peos incidió fuertemente en una insuficiente conciencia de la propia identidad latinoame– ricana, impidiendo o retardando una búsque– da de los propios valores culturales y religio– sos de cada país, y de la historia y las tradi– ciones más válidas de las Iglesias locales y de la propia entidad religiosa, olvidando que la historia es siempre maestra de la vida, y que determinadas eclesiologías pueden no coinci– dir demasiado con las necesidades de la Igle– sia real. 3. Caminos de renovación No todo es negativo, ni mucho menos, en este panorama. Hay no pocos aspectos de la presencia franciscana en América Latina que escapan al estereotipo observantismo-clerica– lismo; y hermanos admirables, que ahora jus– tamente los proponemos como modelos, que supieron proyectarse como verdaderos her– manos menores y servidores del pueblo lati– noamericano , y cuya memoria sería muy opor– tuno rescatar del olvido, y esto también en tiempos no tan remotos, como otros que en– tregaron su vida, y lo siguen haciendo toda– vía hoy, a veces literalmente, al servicio del Reino de Dios en las tierras calientes latino– americanas. Por otro lado, y a partir especialmente del Concil io Vaticano 11, la vida de la fra– ternidad latinoamericana se renueva cons– tantemente, se revitaliza el diálogo comunita– rio y el intercambio entre los hermanos, se multiplican y renuevan las instituciones de vi– da común : asambleas provinciales, encuentros interobedienciales, semanas de estudios y re– flexión, reuniones de Conferencias, en algunos casos interobedienciales (como la ACIF: Asamblea conjunta interobediencial del Cono Sur), y a nivel regional la UCLAF (Unión de Conferencias latinoamericanas franciscanas) , la FALC (Federación latinoamericana con– ventual), y la ALAC (Asamblea latinoameri– cana capuchina) . Estos organismos están teniendo una in– cidencia cada vez mayor en el esfuerzo de auto– comprensión y búsqueda de fidelidad al pro– pio carisma que está realizando la Familia franciscana latinoamericana, con resultados bastante satisfactorios. Asimismo, hay que destacar la profunda labor renovadora que se viene realizando en diversos campos: a) Formación inicial. Hay que tener en cuenta que el aumento de vocaciones es cons– tante y bastante parejo en las distintas áreas de América Latina. En algunas de ellas se está encarando todavía la formación con criterios excesivamente conservadores, mientras que en otras se está echando en falta un mayor rigor en la selección de candidatos. Pero, por lo ge– neral, y especialmente en el Cono Sur y en Brasil se está llevando a cabo una profunda transformación de las estructuras educativas, que está alcanzando también a las hermanas franciscanas en lo que se refiere a la formación inicial. Los equipos de formación son bastan– tes sólidos, y con criterios y planes de forma– ción coincidentes en lo esencial. En ocasiones se realizan encuentros de formadores inter– obedienciales, y hay algunos previstos para el próximo año. b) Movimiento hacia la unidad. Lo que hace no muchos años era todavía un "desi– deratum" se va convirtiendo en realidad. Se programan retiros en común, encuentros y se– manas de estudio interobedienciales, en algu– nas ocasiones con la participación de religio– sas y laicos, y se encaran también en común no pocos aspectos de la actividad formativa desde los diversos Centros existentes. Al respecto, habría que destacar la impor– tante labor que viene realizando en este cam– po CEFEPAL del Brasil, que agrupa a toda la Familia franciscana de ese país, y ACIF, que reúne cada año a todos los hermanos Supe– riores y a algunos otros hermanos de todas las entidades franciscanas del Cono Sur. En es– ta Asamblea se revisan y planifican las ac– tividades comunes, y es una excelen te oportu– nidad para un provechoso intercambio y un mejor conocimiento entre todos los hermanos de esa área. c) Centros de Estudio y Cursos francis– canos. CEFEPAL-Brasil y CEFEPAL-Chile son los dos Centros más antiguos, y desde ha– ce casi ya dos decenios vienen desarrollando una amplia labor de animación y difusión fran– ciscanas en el Continente; el primero con una 23

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