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cita de las líneas de reflexión y las propuestas del Congreso de Mattli, si bien su "espíritu" estuvo presente a lo largo de todo el Encuen– tro. De paso, informamos al lector que CE– FEPAL-Chile tiene ya en prensa el libro "Los franciscanos ante los desafíos del Tercer Mundo", que recoge toda la temática de Ma– ttli. Al finalizar el Encuentro se elaboró una síntesis del mismo, que se puede leer más adelante, y una serie de cartas firmadas por todos los asistentes: a las Ministras y Minis– tros Generales de la Familia Franciscana, a todos los hermanos y hermanas de América Latina, al hermano Ignacio Ramírez, Delega– do general de los hermanos de Guatemala con motivo del asesinato del hermano Au– gusto Ramírez, ocurrido mientras se celebraba el Encuentro, y a todos los hermanos en apo– yo del Centro Valdivieso de Nicaragua, diri – gido por el h. Uriel Malina, en apoyo de su acción fronteriza, y no por todos bien com– prendida. Finalmente y como culminación del En– cuentro, se realizó una reunión con la Fami– lia Franciscana de Costa Rica, en San José, que reunió a cerca de un centenar de herma– nos y hermanas, y en el que algunos asam– bleístas expusieron diversos temas en rela– ción con el Encuentro y con las propuestas de fidelidad al propio carisma, de unidad y cooperación entre todos los hermanos de la Familia, al que siguió un amplio diálogo. América Latina, "regio dissimilitudinis" En realidad, las semejanzas entre los dis– tintos pueblos latinoamericanos son muchas, pero las disimilitudes y los desencuentros son ahora más acusados que nunca, y esto no tan– to desde el punto de vista de la idiosincrasia de cada uno de los pueblos de un Continen– te siempre "caliente" como de las ideologías y las tendencias en pugna, de los desgarra– mientos interiores y los intereses en juego. La siguiente es una síntesis de los infor– mes presentados por los participantes del En– cuentro, que deja de lado muchos datos esta– dísticos, cifras escandalosas y anécdotas des– garradoras. La mayor parte de los países latinoame– ricanos se han visto enfrentados en los últi– mos años a una grave crisis económica y po– lítica, la más profunda de toda la historia de la reg10n , que está provocando agudas ten– siones sociales. Encuadrado dentro de la doctrina de la "seguridad nacional" y de las teorías del libre mercado aplicado en toda su crudeza, el siste– ma militar se comenzó a resentir a partir de la crisis del sistema económico: especulación fi– nanciera, con espejismos de imposibles mila– gros económicos, importaciones desmedidas con la consecuente quiebra de la industria nacional y un aumento desmesurado de la deuda externa, que está abocando a no pocos países a la insolvencia y la cesación de pagos, tasas de desempleo crecientes y productos per capita inferior al de 10 años atrás. La merma creciente del poder adquisitivo de las clases trabajadoras, y aun de los secto– res medios y aun altos, la persecusión de los disidentes y el cercenamiento de los derechos humanos y las libertades públicas, con expre– siones dramáticas en algunos países, están provocando una resistencia cada vez más fir– me y organizada, a la vez que una mayor re– presión por parte de los poderes públicos, que en muchos lugares alcanza también a los hom– bres y a las instituciones de Igl esia. Esta situación, sin embargo, está obligan– do a los gobiernos autoritarios a abrir algunos espacios de libertad en algunos países, mien– tras que en otros el sistema se esfuerza por mantenerse acentuando la represión , o, apre– miado por las presiones internas y las propias contradicciones opta por la democracia co– mo una alternativa inevitable. En algunos países democráticos, la polari– zación de las ideologías y los conflictos socia– les, el desempleo y la inflación, y en algunos casos la inmoralidad en la gestión pública, aun al más alto nivel, están provocando situa– ciones de alto riesgo que amenazan con que– brar el sistema democrático. La situación de Nicaragua, con la ame– naza de una intervención militar del exterior, ya concretada en Grenada, y virtualmente en otros países de América Central, es especial – mente sintomática de la polarización de los sectores, y entre ellos de la Iglesia. La revolu– ción sandinista, que podría ser una respuesta histórica a una situación de injusticia en lo interno y a las presiones de los grupos de po– der desde el exterior, podría también acabar frustrándose por la falta de apoyo y por la in– comprensión de los sectores más conserva– dores, y por la intolerancia y la prepotencia de la administración Reagan , cuyo mesianis- 5
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