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la misma Iglesia, gracias a Francisco, se pro– duce una ruptura con ese sistema, por la que del Orden Celeste (según el Padre Eterno) y del culto al Dios "Señor" se pasa al del Dios– Hombre, en armonía evangélica. Francisco captó la "caída", el declive de la Edad Media, en su más elevada cúspide, con Inocencio 111, que acaparaba todos los pode– res. Lo más alto lleva en su entraña más pro– funda la parábola de la caída, la ruina, y Fran– cisco la captó con mucha anticipación. Con su vida contesta y anatemiza la sociedad capi– talista y anticipa una sociedad "socialista" y "comunista", superándolas desde el Evangelio. 2. Nueva "sociedad" eclesial Una "sociedad" que no es tal, sino cuerpo de Cristo, pueblo de Dios. Utilizamos el térmi– no sociedad "a pari" con la sociedad civil o secular. Francisco no realiza una ruptura con la Iglesia piramidal, no puede hacerla, porque se separaría de la Iglesia, la reforma desde adentro y en continuidad con la situación exis– tente. Y la reforma desde las bases: los pobres (por donde se ve que los pobres son el fer– mento renovador de la Iglesia y la vida de la Iglesia, y en ellos se encuentra el potencial evangelizador, del que son portadores, como afirma Puebla); desde ellos es posible una nue– va estructura de Iglesia, con una jerarquía no de poder, sino de servicio. Es decir, toma los dos polos más opues– tos: jerarquía (arriba) y pobres (abajo), como polos positivo y negativo respectivamente, y viceversa, para alumbrar así o dar a luz una "nueva" Iglesia. El que resulta vencedor siem– pre es el polo-pobres (porque es el polo dina– mizador y vital) que acaba convirtiendo al otro polo: jerarquía, llevándola a su propio te– rreno. Es decir, que toda conversión evangé– lica necesariamente pasa por los pobres. Pobres y jerarquía son absolutamente ne– cesarios en la Iglesia, pero los pobres no van al terreno de la jerarquía, sino viceversa, aun– que Francisco jerarquiza al pobre colocándo– lo en la cúspide; pero es un ir a los pobres sin ir, los pobres son siempre pobres, no se des– clasan, sino que "van" como pobres, y en esa difícil dialéctica de sube y baja, obligan a la jerarquía a descender a su nivel y conectarse con ellos. Claro, que no convierte a toda la Iglesia, que continúa siendo piramidal; pero a la Igle– sia de Cristo le ha brotado una rama nueva y llena de lozanía y juventud evangélica, que, por serlo será siempre evangélicamente críti– ca para el resto del cuerpo de la Iglesia. Y lo mismo cabría decir de la sociedad civil. Y por eso, el modelo evangélico de Francisco actúa como su conciencia crítica, precursor de lo que debe ser y punto de referencia para un nuevo modelo de sociedad. B. Precursor de los mejores movimientos sociales y eclesiales a) Movimientos sociales l. En Francisco está contenido el "renaci- miento" que vendrá después, con su amor por la poesía (el "Cántico de las criaturas" será su mejor exponente, y una de las mejo– res piezas literarias de todos los tiempos); con su amor por la naturaleza, adelantándose a las preocupaciones ecológicas denuestro tiem– po; por su amor al arte: Francisco tiene un temperamento de artista, y será el personaje preferido de los artistas; por su amor a lo be– llo en todas sus manifestaciones, sobre todo la belleza espiritual, ante la que pierde la ca– beza y se repone con dificultad; por su espí– ritu caballeresco, tan característico del Rena– cimiento, que en Francisco se concreta en el amor por la Dama Pobreza, apareciendo co– mo el más enamorado; y verá a sus hermanos como los caballeros del Rey Arturo o de la Tabla Redonda (EP 72). 2. En él está contenido también el huma– nismo posterior. Francisco es "el" Hermano; ama todo lo que es humano, como lo hará también el Hu– manismo; es decir, respetará todo lo que hay de más positivo en el hombre: sus valores, sus cualidades personales, su vocación humana, traducida en el respeto por los dones y caris– mas de cada uno, y su forma original y pecu– liar de encarnarlo en la vida real. Pero hay en él una dimensión en la que supera al humanismo clásico: es sobre todo humano con el hermano pobre, en especial el leproso, prototipo de lo peor que le puede su– ceder a un hombre: desprecio, marginación, rechazo de la sociedad. Y no sólo lo ama sino que se identifica con él. Y aún más: es humano hasta con lo irra- cional (gusanos, aves...) y con lo material (sol, agua, plantas y flores ...). Y más que humano, es fraterno , porque todas las criaturas de Dios son para él hermanas. Chesterton diría: "Des– pués de Francisco es más fácil ser hombre". 159

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