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Francisco realiza un cambio en lo econó– mico: del tener al no tener, del ser rico a ser pobre por pura motivación eva!lgélica. Y la consecuencia es como hemos dicho, un des– clasamiento, un 'pasar a ocupar el lugar social de los pobres. Desnudándose de todo tener, encuentra dos cosas: todos somos iguales por nuestro ori– gen, hijos de un mismo Padre Dios cread_or y originador de todo; y en el lugar donde viven los pobres encuentra al Dios encarnado, que, como todo lo demás, procede del Padre, des– cubriendo la fraternitas: todo tiene el mismo origen paternal en Di~s, y en C~i~to, hec~o criatura como los <lemas, se manifiesta; y es– te es el doble motivo de su hermandad con todo. Descubre a Dios en lo más alto, en el ori– gen de todo, y en lo más bajo, Cristo descen– dido a la condición de hombre. Esta fraternitas evangélica quiebra las es– tructuras de la vieja sociedad, y es típicamen– te franciscana; los valdenses, tan próximos al ideal de Francisco en su afán de vivir el Evan– gelio no hablan de frat~rnitas , sino_ d~ socie– tas, que tiene connotac10nes muy d1stmtas de aquella. a) Tanto en lo secular como en lo religioso, la sociedad es piramidal : Imperio: Empe– rador - reyes - nobles - colonos - plebe– yos - pobres; Feudalismo: Señor feudal - ca– balleros - colonos - siervos de la gleba - pobres; Iglesia: Papa - obispos - clero - fie– les - siervos de la gleba - pobres. Siempre se dan dos constantes: el poder se da en la cúspide; los sin poder, los pobres, se encuentran abajo , aplastados por el peso de los que están arriba. La fraternitas que Francisco descubre en el Evangelio manifiesta que: - todos tenemos la misma dignidad ante Dios ; -todos somos iguales ante El; -por lo que la línea vertical-piramidal se 158 hace horizontal: todos iguales en los po– bres, los más despojados ante Dios y los hombres; los ropajes que encubren a los que están arriba son puras ~iccion~s y apo– yaturas sociales. Con una diferencia: a9ue– llos que están constituid?s en auto!1dad como representantes ?e D10s d~b~n situ~r– se abajo; es una autondad-serv1c10, y qme– nes están investidos de ella deben com– portarse con los súbditos "como los seño– res con sus siervos". b) Nueva sociedad Fruto de ese cambio de estructura social es el nacimiento de una nueva sociedad, que de piramidal pasa a ser fraterna: 1. Nueva sociedad secular Toda reforma se hace apoyándose en la situación anterior, como continuidad con ella, que implica a la vez una ruptura. Así, Francis– co es piramidal en un primer momento, por cuanto se apoya en el Papa, los obispos, los sacerdotes... a cuyo servicio se pone, pero lue– go, privilegiando la fraternitas acaba situando a la autoridad en la base, como "servicio". Na– die es superior a otro; más, invirtiendo por completo los términos feudales, el "mayor" es el "siervo", y el único título de grandeza es ser hermano. Esta concepción de Francisco, que se ade– lante en mucho a su tiempo, y aún no ha sido superada, podríamos califica~la como escato: lógica, puesto que el Evangelio s?lo alcanzara su cumplimiento al final de los tiempos. Pero, además, Francisco contradice en su raíz a la nueva sociedad que está naciendo, y que se basa en la acumulación de capital, es el inicio del capitalismo. Francisco señala como el su– premo ideal para su vida y la de sus hermanos, no sólo el no tener nada, sino ser los más po– bres entre los pobres. De ahí la actualidad de san Francisco, la validez de su carisma en un tiempo en el que el capitalismo está llegando a su culminación. Francisco no sólo rompe con la sociedad que le llega, sino con el germen mismo de la socie– dad que ocho siglos después estará en boga: el capitalismo. En la Edad Media el hombre era tanto más cuanto más tenía: tierras, títulos nobilia– rios beneficios... Francisco ama y valora al ho~bre por ser hombre y por ser hermano. A tal punto llegó a contrad 7 cir a aquella so_cie– dad fundada en la violencia que sus segmdo– res laicos llegaron a hacer que se tambalea~an algunas repúblicas italianas por su n~gatlva a empuñar las armas en def~nsa d 7 1 s1stelll:a feudal. Esto explica que debieran mtervemr Papas y obispos en defensa de los terciarios, y que, debido a la influencia fran~iscana, se estableciera por ley en algunas cmdades de Italia un trato más suave para los deudores, tal como lo hizo, por ejemplo, Padua en 1231 por la predicación de san Antonio. La Edad Media es "piramidal" en gran parte porque así la formó la Iglesi_a de~de la época constantiniana. Pero en el mtenor de
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