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FRANCISCO, CREADOR DE UNA NUEVA SOCIEDAD AUN NO SUPERADA Roberto García-Remírez, OFM Cap. l. Francisco no buscó "ex profeso" una revo- lución social, como tampoco buscó inten– cionalmente la que llevó a cabo al interior de la Iglesia; él no era un político en ese sentido ; pero en cuanto sigue radicalmente el Evange– lio realiza la más profunda revolución social y eclesial después de Cristo, demostrando así que el Evangelio entraña la fuerza más dina– mizadora de la sociedad. Se trata precisamente de la solución de Dios, el proyecto de Dios para este mundo. Trataremos de descubrir en estas páginas el valor social y político del Evan– gelio, más eficaz cuanto más encarnado en la vida y en la realidad. Decimos, pues, que Francisco no se pro– puso directamente llevar a cabo una revolu– ción social, pero indirectamente la llevó a ca– bo poniendo en acción el Evangelio, porque al Evangelio le es inherente ser socialmente revolucionario. 2. Como Cristo, y nuevamente no "ex profe- so", Francisco hace una abierta opción de clase, optando, al igual que Cristo, por los po– bres, convirtiéndose en uno de ellos, descla– sándose o desplazándose del lugar de los ricos al que pertenecía, y venciendo la resistencia de su propio padre, al lugar de los pobres. Cristo optó por los pobres desde el princi– pio, fue un pobre desde su nacimiento; Fran– cisco tuvo que dar a su vida un giro de 180 grados. Es decir, tuvo que realizar una "me– tanoia" en el sentido más literal de la palabra. Hace, pues, una opción política y social de hecho, lo pretendiera o no intencionalmente. Cambió de posición social haciendo un giro en lo económico (de rico, se hace pobre); en lo social (de vivir entre los ricos, pasa a vivir con los pobres), reforzando el polo dialéctico social más débil , las clases populares; y en lo político (todo ese proceso que lleva a cabo es político) , porque, quiérase o no, ese "salir del mundo" de los ricos para entrar en el de los pobres es necesariamente un hecho político. Estos dos bloques: ricos-pobres, nos dan dos lecturas del mismo Evangelio totalmente diferentes: no es lo mismo leer el Evangelio desde un entorno de ricos que leerlo desde los pobres. Por eso se puede decir que el Evan– gelio es "distinto" en Europa y Estados Uni– dos que en América Latina, tal como lo lee la Teología de la Liberación, desde los pobres. 3. Con su "no juzguen a los que vieren ves- tidos con vestiduras blandas y de color", Francisco enfatiza el potencial evangelizador del hecho de situarse dentro del mundo de los pobres, puesto que da prioridad absoluta al ejemplo, la forma de vida, el ser. No ape la a una contestación o a una crítica propiamen– te dichas. Pero, si bien Francisco trata a todos, ri – cos y pobres, como hermanos, siempre preva– lecerá en él la opción por los segundos en cu– ya esfera se sitúa, y en los que verá de una ma– nera especial a Cristo ; y así, a los leprosos los llamará hermanos cristianos. La palabra "her– manos" la dice para todos, pero desde el po– bre. Desde su propio lugar social que es el de los pobres, donde predica, da ejemplo y vive. Para él, la vida de los hermanos menores con– siste en vivir el Evangelio en, desde y como los pobres. Ahí es donde planta su Orden. La conclusión parece lógica para nosotros : si no estamos con los pobres, estamos fuera de "lu– gar", no somos franciscanos , por más apega– dos que estemos a ciertos signos externos. No participamos del Espíritu ni compartimos el lugar social de Francisco, estamos desubica– dos. 4. Este seguir el Evangelio en toda su radi- calidad, es decir, tomándolo en su raíz, con un corte de una forma de vida ("porque como yo estuviese envuelto en pecados") a otra ("la forma del santo Evangelio"), que equi– vale a un cambio de identidad, implica tam– bién una ruptura violenta con un tipo de so– ciedad, y el surgimiento de otra nueva, en lo social, lo político, lo económico y eclesial, un nuevo estilo de sociedad (evangélica), cuya plenitud está por alcanzarse, y que anticipa otros cambios de sociedad más avanzados que vendrán después, pero que, tal como lo vivió Francisco, todavía no ha sido alcanzado. A Cambio de sociedad Para Marx, lo económico es el soporte de toda sociedad, y cambiándolo, aquélla se tam– balea. 157

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