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;,oca discriminada, que fue reconfigurando ca– fa vez más la Orden como un instituto de vi– fa activa; a la vez que, desde las más altas instancias de la misma, y desde los sectores más despiertos de las bases, se iniciaba un se– rio esfuerzo de autocomprensión y búsqueda de las propias raíces, que luego de las inevi– tables tensiones y polarizaciones, y de ciertas veleidades horizontalistas y secularizantes, produjeron óptimos resultados especialmente en el campo de la formación, como también en el de la organización interna de provincias y fraternidades, y no tanto en el de la presen– cia específica de los hermanos en el mundo. En el fondo, se trataba de una crisis de trascendencia, debida al desplazamiento de una experiencia de Dios centrada en las ex– presiones y mediaciones propias del sistema religioso sacralizado a una experiencia de Dios personalizada y centrada en Jesucristo como lugar privilegiado del encuentro con el Padre Dios y del hermano como sacramento de ese encuentro. En esta perspectiva ya no se ha- biaba -y el cambio de terminología es me– nos insignificante de lo que pudiera parecer– de experiencia religiosa, sino de experiencia de Dios, de vida en común, sino de vida en fraternidad; pero, en cambio, todavía segui– mos hablando más de actividad, que de vida apostólica y presencia profética en el mundo. La teología de la vida religiosa viene re– novándose profundamente en esa perspectiva, así como también la teología de la vida reli– giosa franciscana, que encuentra en san Fran– cisco y en general en los orígenes de la pro– pia institución los arquetipos de una experien– cia de Dios singularmente válidos y actuales. Descubrir y vivir hoy una experiencia de Dios en la libertad del Espíritu, y alimentar desde ella una tensión creadora hacia nuevos comienzos, importa tanto como recuperar el confesado y proclamado equilibrio de la Re– forma Capuchina entre contemplación y mi– sión, vida retirada y presencia activa en el mundo. A NUESTROS SUSCRIPTORES Teniendo en cuenta las mejoras en cuanto a impresión y presentación de nuestra Revista, que los lectores pueden observar en este mismo número, como, sobre todo, las continuas alzas en los costos de impresión y franqueo aéreo de la misma, nos hemos visto obligados a modificar los valores de la suscripción anual, que a partir de 1984 serán los siguientes: Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $ 1.000. América del Sur . . . .... . . ... . ... ....... US$ 18.00. (u 8 misas) América Central y del Norte .. .... . ..... US$ 20.00. (ó 9 misas) EuropayEspaña .... . . . . . ... . . . ........ US$ 21.00. (ó !Omisas) Esperando que nuestros suscriptores sepan comprender estas inevitables alzas, les rogamos al mismo tiempo que tengan la amabilid~d de abonar por anticipado el importe de la suscripción, para no vernos obligados a suspen– der el envío de la Revista. La Administración 135

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