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LA MINORIDAD FRANCISCANA 431 motivó el aumento de la tensión que, desde siempre, había existido entre ambas ciudades, y desembocó en la batalla de Collestrada de 1202, en la que participó y fue hecho prisionero Francisco. Poco a poco fueron volviendo a Asís hasta el punto de que en 1203 firmaron un tratado de paz con los representantes del pueblo a fin de fortalecerlo ante las amenazas exteriores. No se debió de conseguir mucho cuan– do en 1210 se tuvo que volver a suscribir otro pacto entre «mayores» y «menores»; términos, como ya hemos dicho, muy usuales en la división de la sociedad no sólo para designar niveles sociales y religiosos sino, incluso, políticos. Estos dos conceptos expresan realmente el contenido sociopolítico de las dos facciones en 1ucha por el poder. «Mayor» y «menor» son términos que expresan una relación jurídica y personal por la que unos dominan a los otros convirtiéndose en sus señores. Si se han aplicado estos términos tan generales a los dos grupos en lucha es porque, efectivamente, servían para expresar la realidad: los «mayo– res» tenían más poder que los «menores». Pero esto no quiere decir que los «mayores» representaran a los señores, y los «menores» a los siervos. Se trataba, más bien, de dos grupos sociales, poderosos por distintos motivos, que aspiraban a organizar la ciudad según contra– puestas ideas políticas. Por eso hay que desechar la imagen de que se trataba de un levantamiento del pueblo bajo contra los nobles que los dominaban, porque la realidad es que lo único que intentaba el Común con la «Carta franchitatis» de 1210 era terminar con los servicios feudales que todavía prestaban algunos ciudadanos, cosa que repugnaba al sentido de libertad cívica, para poder servir todos libremente al Común. Esta liberación de servicios, no obstante, afectaba a unos pocos, puesto que la mayoría formada por los «rurales» o gente del campo y los «miserables» de la ciudad no eran propiamente ciudadanos ni, por lo tanto, tuvieron acceso a esta liberacion. Para hacernos una idea de lo que significaban estas masas de marginados hay que recurrir a otras fuentes, como las franciscanas, para comprender que «la gente de baja condición y despreciada, los pobres y débiles, enfermos, leprosos y mendigos» (1 R 9, 2), no aparecen en los documentos oficiales porque, sencillamente, no formaban parte de ese grupo de «menores» que buscaba mayor poder en Asís. Esta comprobación hace difícil relacionar estrechamente el origen del nombre «Hermanos Menores» con los «menores» de la ciudad, que representaban una fuerza política activa, mientras que la mayor

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