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JULIO MICÓ, OFMCap Temas básicos de espiritualidad franciscana tema 8* MENORES Y AL SERVICIO DE TODOS La minoridad franciscana El descubrimiento del Jesús pobre como clave de un seguimiento radical y absoluto del Evangelio, llevó a Francisco a la profundización, hasta las propias raíces personales, de su pobreza como hombre. Su condición de criatura le enfrentaba con el hecho incuestionable de ser relacional. Había salido de las manos de Dios y toda su vida se apoyaba, quisiera o no, en esa gran preocupación divina que se espesa y concreta en lo que llamamos Providencia. Incluso el inmenso corazón de Dios le estaba aguardando, después de haberlo acompañado por el camino de la vida, para que descansara junto a Él y pudiera participar, ya de una forma definitiva, en el único ejercicio de la alabanza y el amor. Aceptarse como don suponía también aceptarse como pobre; sobre todo después que Jesús, rico por ser Dios, se rebajase hasta empo– brecerse, tomando nuestra condición humana y sirviéndonos de guía para que le siguiéramos por el camino del Evangelio a la meta de su realización y la nuestra: el Padre que nos ama. Pero la pobreza de Jesús no se limitó a ir escaso de cosas para poder permanecer abierto al amor del Padre y disponible a su voluntad. Jesús es el pobre humillado que asume su condición de siervo para liberarnos a los demás de la propia servidumbre. Por eso Francisco vivirá también su pobreza desde la humildad que proporciona el saberse puro regalo del amor de Dios y, por tanto, no encontrar motivos donde apoyar sus derechos sino en la debilidad y el servicio. La minoridad es una de esas palabras poco inteligibles, debido a * Cf. los temas anteriores en Sel Fran n. 49 (1988) 53-80; n. 50 (1988) 169-192; n. 52 (1989) 23-54; n. 53 (1989) 275-307; n. 54 (1989) 391-428; n. 55 (1990) 47-82; n. 56 (1990) 177-212; n. 58 (1991) 3-44.

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