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tiva cultural, como anecdótica o marginal. En– tonces tenía valor de símbolo, al pretender res– tabl,ecer un porte exterior que se consideraba originario. Algunos han pretendido que el uso de la bar– ba pudo ser un préstamo tomado de -los camal– duJ.enses. Pero, posiblemente, es algo más: co– mo un valor ascético de simplificación y de austeridad, •concomitante al género de vida, rural y s,elvático en ocasiones, frente a las exi– gencias y remilgos estilizados del habitat urbano. Un aporte muy significativo es que los her– manos ,podrán vivir en "eremitorios y otros lu– gares con el consentimi-ento de sus dueños". Se su,pe,ra con ello la ficción jurídi·ca de la pro– piedad pontiNcia. Aspecto éste de vivir en ca– sas ajenas que radicalizarán los primeros es– tatutos de la Orden, al exigir que sólo se acep– ten con la condición de poderlos abandonar, cuando así convinieren a los hermanos o Io de– searan los propietarios (cf. Ordenaciones de los Hermanos Menores de la Vida Eremítica, 50; Constituciones de 1536, nn. 70-72). El llevar "vida aust,e-ra y eremítica" del texto estaría referido directamente al proyecto de vi– da eremítica en uso por entonces o a establecer po·steriorment,e en código•s complementario-s. La e~presión "vida austera y eremítica" sólo podrá entenderse plenamente en la clave del primer código de vida capuchina. V. LAS O,RDENACIONES DE LOS FRAILES MENORES DE LA VIDA EREMITICA Origen y descripción del texto La Bula pontificia, fue la franquicia eclesial de la Reforma capuchina. La improcedente política de Pablo Pissotti, ministro general de la Obser– vancia, que sería depuesto por •el Papa, hizo que muchos religiosos observantes miraran a lo-s eremitorios capuchinos como única alterna– tiva de renovación. Al año de haberse promulgado la Bula eran ya treinta religiosos que decidieron, bajo la di– rección de fray Ludovico, realizar un primer ca– pítulo para elegir a los superiores vicarios del grupo y fijar algunas normas de comportamien– to uniformes y estables. Era ya el año 1529. El capítulo se reunió en un monte de Fabria– no, junto al castillo de Careto, en un lugar lla– mado Albacina, que tenía una pequeña iglesia con habitaoión y era ya residencia de los her– manos. ARTICULO$ Los capitulares, en número de doce, eligieron como vicario general a Mateo de Bascio que sólo pudo aceptar el cargo con evidente re, nuencia. Unos meses después renunciaría al ·cargo, dedicándose a la a-ctividad apostólica. Más tarde ,regresaría a la Observancia. En este capítulo se elaboraron y aprobaron las "Ordenaciones de los Frai-les Menores de la Vida Eremítica". Se llamarían también "Consti– tuciones de Albacina" por el lugar de su ori– gen y también "Estatutos de fray Ludovico de Fossombrone", por haberlas él promulgado y haberse gobernado la Orden por ellas durante su gobierno (1530-1536). El texto ,consta de 67 artículos, incluidos un breve prólogo y una conclusión que son obra personal de Ludovico. No se sigue el orden tradicional de los doce capítulos, ni tampoco un orden lógico o temáti– co. Pero es fácil advertir tres núcleos temáti– cos en torno a la vida de oración y recogimien– to, vida de austeridad y pobreza y vida de ac– tividad o apostolado. Vida de oración y recogimiento La vida de oración estará •representada por ,el rezo del oficio divino, la celebración euca– rística y la oración mental. El oficio divino se rezará devotamente, sin pausas exce,sivas y virilmente. Los maitines se dirán a media noche y las demás horas a la hora acostumbrada {n. 1). No se añadirá otro oficfo en el Coro, exc·ep– to el de Nuestra Señora. En privado, los her– manos, solos o acompañados, podrán rezar los Siete Salmos, el Oficio de Difuntos, la Bendita y otras oraciones vocales. "Esto se ordena pa– ra que los hermanos ,puedan ,ejercitarse en la oración mental o p·ersonal, y para que el ofi– cio común pueda recitarse más devotamente y sin prisas" (n. 2). Se anticipa que la oración mental es más fructuosa que la oración vocal. La celebración eucarística tiene un tratamien– to particular: se dirá una sola misa a la que asistirán todos los hermanos incluidos los de– más sace-rdotes. No se obligará a éstos a la celebración, fuera del caso de necesidad. Por lo tanto, no se recibirán intenciones de misas o treintenarios {n. 6). La oración mental se hará en los tiempos or– denados y que se tienen por co,stumbre en la Orden. Pero se harán ot,ros dos tiempos de 137

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