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Como se sabe, la teología posterior modifica– rá profundamente este p,lanteamiento francisca– no original,: la vida contemplativa s·e identifica– rá con la vida comunitaria o conventual; la vida activa significará la vida apostólica, fre-cuente– mente. Cualquiera sea el apostolado. En la línea franciscana original, el vivir fuera del grupo de convivencia se realiza, no por una instancia de vida activa, sino contemplativa. No son los predicadores los que deben reintegrarse temporalmente al grupo comunitario de convi– vencia, sino los anacoretas o contemplativos. La "vida conventual", como s,e sabe, sería una readaptación peculiar de la vida eremítica en las diferentes ,reformas franciscanas. La vi– da contemplaNva se identificaría sin má•s con la vida comunitaria o conventual, dando origen al espécimen ascético de la llamada "sol,edad en compañía". El opúsculo, en cambio, trata de restablecer l·a autonomía de ambas categorías con la al– ternancia de ambas: la mística fraterna del en– cuentro diario y la so,l·edad frente a Dios y a los hombre•s en la oración personal. La intu-ición franci-s-cana original es que los hermanos no se reúnen para vivir en soledad, sino para gozar alegremente del encuentro, para celebrar la fraternidad. Con ello se cues– tionaba la praxis monástica anterior y la pra– xis ascética posterior de la soledad en com– pañía. Tradición y praxis que dejaron inédita la intuición carismática del franciscanismo. Las reformas franciscanas no pudieron cap– tar radicalment,e la intencionalidad originaria, como no .captaron tampoco la ascética y mís– tica de'I trabajo. La casa, el eremitorio, y el convento después, eran lugare•s exclusivos pa– ra celebrar la fraternidad; el trabajo, la limos– na, la predi,caoión y la contemplación se rea– lizaban fuera de la casa. Las formas de vida, híbridas e infecundas, s,e darían después, al querer unifi.oair y centralizar estas diferentes opciones de actividad •en una sola unidad ha– bitacional: el convento. 11. LA QUERENCIA EREMITICA DE LAS REFORMAS FRANCISCANAS Los Espi.rituales Los espirtuales no constituy,en propiamente una "reforma". Por reforma podríamos enten– der la modalidad de vida franciscana que al– canza ,los niveles jurídicos del reconocimiento ARTICULO$ o aprobación eclesiásHcos. Y que, por demás, intenta un retorno a los oríg•enes, una vuelta a las fuentes de vida franciscana. Lo•s espirituales pretendieron la -fijación y ,continuidad de la primera experiencia de vida franciscana. Por eso afirmarían la primacía del eremitorio sobre el convento. El habitat rural y solitario del er,emitorio aseguraba una mayor libertad de e•spíritu y ofrecía mayores oportunidades de opciones conc11etas, según el carisma o talante de los hermanos. Pero, sobr•e todo, el eremitor,io garantizaba una vida de e•st-ricta :pobreza: un edificio exi– guo y pobr·e, al parigual de otras vivi-endas campesinas; una vida pobre y austera, con me– ;nores ,exig·encias y ,refinamientos para el man– tenimiento del edificio y la sustentación de los hermanos. Esta s,ería, por demás, la ¡plataforma ascéti– ca y la e,strateg,ia espiritual de todas las refor– mas franciscanas. La pobreza será siempre el t':!pioentro de todos los movimientos espiritua– les d,e ,reforma. A co•sta, incluso, de marginar otras connotaciones del carisma, tanto o más representativas de la espiritualidad francisca– na como la pobreza, que sería apenas un ar– mónico e•spiritual y ascético de la mino,ridard. Los "espirituales" se proponían la continui– dad de la ,primigenia ,experiencia de vida fran– ciscana, concretada en el eremitorio, y la g,uar– da estricta de ·la Regla, sin componendas ni acomodaciones. El tono acremente recriminatorio y contes– tatario d,e su protesta, y en enfrentamiento sin ,cuartel a la comunidad, lo·s colocaría al margen de la fraternidad. Las medidas severísimas de represión, tomadas por los superiores y la Igle– sia, f.rustrarían y agostarían la prístina prima– vera franciscana de las "FJ.orecillas". La "observancia" Durante la segunda mitad del siglo XIV surgió un vig<>roso movimiento de reforma que daría lu– gar a la llamada "observancia": Este movimiento se produce simultáneamen– te en tr·es áreas geográficas concretas: ltali-a, Francia y España. El hermano no clérigo Pablo Trinci, llama– do también "Paoluccio", muerto en 1390(1391, será el gran ,promotor de la observancia. No 133

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