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232 TARSICIO DE AZCONA SALMANTICENSIS 69 (2022) Su estado es muy aceptable, y tan solo en el f. 4 presenta un roto que afecta a media línea. La caligrafía es nítida y pulcra, aunque no de lectura sencilla a causa de las numerosas abreviaturas. Un archivero posterior le puso el título de “Consejos de un buen cristiano para el Rey”. Lo que puede equivocar al lector no poco. ¿Quién se escondía tras ese anónimo genérico y a quién iba dirigido? ¿Qué atención le prestaron los Reyes? El autor tuvo que ser un personaje eminente, buen conocedor de los problemas de gobierno y hombre de plena confianza de la Reina. De otra manera no se hubiera atrevido a escribirlo y enviarlo a la Soberana. El estilo apunta y delata a un eclesiástico buen conocedor de la ascética espiritual y a la práctica de la misma. En el archivo le definieron como “un buen xristiano”, quizá mejor, como cristiano viejo. El memorial presenta una naturaleza singular, y no habla de “consejos”, sino de formar un manifiesto de quejas y remedios en contra de la curia romana en aquel crispado momento en materia de provisión de obispos, en concreto del obispado de Cuenca. El memorial fue dirigido no al Rey, sino a la Reina, como consta en el texto, en el que aparece tratada tres veces como Señora, dos vuestra alteza y una vuestra excelencia. En cambio, no aparece ninguna referencia al Rey su marido, aunque consta que fue él quien actuó para que saliesen de Roma sus súbditos y volviesen al reino. Quien tuvo más acceso a la Reina Isabel en aquellos años fue el prior del Prado, el monje jerónimo Hernando de Talavera que intervino en persona en el debate de la Reina con el papa franciscano Sixto IV. No obstante, el estilo literario del memorial dista mucho de sus numerosos escritos, quizá por su belicismo. Podía ser suya la caligrafía, que la aprendió en la escuela de Barcelona. Aunque se lo atribuyamos al monje jerónimo, Hernando de Talavera, queda por hoy en blanco su firma en el memorial. 2. Actitud espiritual en el debate con el Papa El memorial lleva en cabeza el signo + Ihs, centro y síntesis de la devoción al nombre de Jesús difundida en Europa por los franciscanos reformados, como san Bernardino de Siena 3 . 3 Este movimiento espiritual puede ser tenido en cuenta al analizar el nombre ignaciano de la Compañía de Jesús y su carisma sobre la mayor gloria de Dios.