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746 Villalmonte La praxis profética del « hermano pobre y mendicante», foraste– ro en la Ciudad no es sin más convincente para el humanista de nues– tros días. Necesita u:n lagos que la ilustre y la limpie de la ambigüe– dad que la envuelve. .Como toda praxis humana tambien ésta necesita una << Praxiología ». Esta praxis viandante-escatológica ha de contem– plarse y practicarse, ante todo, en perfecta simbiosis con las otras cualidades de jovialidad, generosidad y servicialidad antes señala– das. Con ellas el profeta «escatológico» perderá cualquier deje de osquedad, de inconfesado orgullo, resentimiento, o cinismo tipifi– ca;dos en Diógenes ·«,despreciando» al mundo desde su tonel. Para superar esta tentación - relativamente próxima y peligrosa, dotarle a ·esta praxis del logos de que está necesitada, ahondar en su interiór para desvelar su sentido profundo, tanto a nivel teológico como a pivel, p.u01anístico. Para percibir la hondura teológica y teologal de la praxis del peregrinar por el Reino podrán ayudarnos las refilexiones que sobre el sentido peregrino-escatológico han sido hechas en fecha reciente 44 • Pero no deberían olvidarse las buenas aportaciones de la antropo– logía humanista actual. Baste recordar las consideraciones cargadas de b_arroquismo, pero también sugeddoras, debidas a hombres como E. Bloch y otros. Es conocido y laudable a grandes rasgos el aprove– chamiento teológico que de ellas ha hecho - entre otros - J. .Moltmann 45 • El talente peregrino y escatológico en la forma de vivir la vida y la historia humana, estudiado a nivel de la teología y de la « meta– física/metaempírica » humanista trae como consecuencia una actitud crítica frente a todo intento de absolutizar cualquier forma histó– rica de realizar el ideal del hombre acabado, sea a nivel individual, sea en perspectiva comunitaria. Existe a lo largo de la historia una _fuerte tentación y frecuentísimas caídas en relación con. el afán de absolutizar e incluso « divinizar » determinados ideales de humani– dad: métodos de producción, de gobierno, de educación y conducción . 44 Nos referimos a la sugerente obra de C. SPICQ, Vida cristiana y .peregri– nación segun el Nuevo Testamento, Mad~id 1977. 45 E. BLOCH habla frecuentemente del tema bajo el símbolo del « exilio y del éxodo», como en su obra ya citada Atheismus im Christentum. J. MOLT· MANN recoge estas sugerencias y las utiliza en la teología cristiana, especial– mente en su obra Teología de la esperanza, Salamanca 1969.
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