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744 Villalmonte dad del espíritu y los « bienes espirituales», sobre la materia y los « bienes materiales». Siempre que esta perarquía valorativa y esta « superioridad» del espíritu no lleve al « desprecio» del cuerpo, del mundo y de las realidades mundanales. 7. - Como peregrinos y forasteros ... Ya anteriormente centrábamos el punto de incidencia de la co– laboración de la TF en la construcción de la Ciudad en el tercer mo– mento: en la celebración de la vida, de la creación y de la historia por parte de los hombres que han encontrado la suficiente libertad interior y exterior como para poder hacerlo. Concentrados en este momento celebrativo y festivo la aporta– ción de la praxis franciscana de la caridad - y de la TF como teo– ría de la praxis -, y haciendo uso de algunas ideas conocidas y so– bre las que existe amplio consenso, podemos señalar las más nota– bles: la perfecta alegría y jovialidad, el desposeimiento radical, la servicialidad, sentido peregrino de la vida. Cualquiera de estos cali– ficativos puede decirse típico y tópico cuando se habla de la praxis franciscana ele la caridad fraterna. La « alegría » y jovialidad que aquí se contempla está expresada en forma paradigmática en la parábola de la perfecta alegría. Lo importante en esta parábola es el haber señalado que el sufrimiento es como consustancial a la condición del hombre terrenal. Y ello no por visión pesimista-fatalista ele la existencia o de la marcha inexo– rable del cosmos y de la historia; ni por una consideración « dolo– rista » y « pietista » de la Pasión del Señor, que proporcionaría una justificación resignada y clevocional a los sufrimientos humanos, sino como efecto de una profunda y sabia comprensión y una aceptación serena y jovial, vigorosa y tierna de lo que lleva consigo la condición finita, creatural del hombre peregrino de la existencia. El desposeimiento radical se identifica aquí con la « altísima po– breza » tan específica del vivir y del pensar franciscano. La praxis de la pobreza induce, por los caminos del testimonio y de la motivación que lo sostiene, a desprenderse de los bienes, de todos los bienes que los hombres encuentran y producen para ponerlos ahí delante al ser– vicio de los hermanos. Advierte proféticamente, puesto que la renun– cia de hecho es una acción-profecía sobre el valor de los bienes del

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