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Contribución de la teología franciscana 735 « filósofos » y los « teólogos » actuales en la determinación de lo que es la praxis y sus características. Problema inseparable de la pregunta por lo que es el hombre y por la del sentido último de la vida humana. La praxis propuesta por los « teólogos »: - es una actividad humana que brota a impulso de la máxima gratuidad, liberalidad y libertad; - su objecto primero es Dios, es absorbentemente teocéntrica; - es esencial, aunque no primaria, la referencia al hombre a quien se le hace objeto de praxis desde Dios y para Dios; - el hombre es contemplado, ante todo, como ser espiritual, cuyo valor supremo está en el interior. La condición corpórea, en– carnada, histórica del hombre está presente, pero en segundo plano; - atiende con mayor preferencia al individuo; dejando más al margen la atención al hombre como realidad política: No existe una atención decidida a la praxis «política»; - se tiene a la vista, con preferencia al hombre como ciuda– dano de la Ciudad de Dios celeste. La praxis propuesta por los « filósofos »: - en cualquier de sus manifestaciones la praxis brota a impulso de la necesidad: para satisfacer necesidades humanas básicas; - su objeto es el hombre: es praxis sustancialmente antropo– céntrica, ordenada a la liberación integral del hombre; - el hombre a quien se tiene a la vista es el hombre realidad material viv,iente y pensante, inmerso en el mundo y la historia. Se quiere crear un hombre nuevo, libre partiendo del entorno adverso que condiciona radicalmente su libertad; - la praxis, por ello, es primordialmente praxis política ten– dente a cambiar las estructuras sociales opresoras del hombre. - el hombre a cuya liberación va dirigida la praxis es exclusi– vamente (o absorbentemente) el ciudadano de la Ciudad de los lwm– bres, sin « ilusión » por una vida celeste. El esquema, por ser tal, es claro que está necesitado de más larga explicación. Si fuese posible resumir todavía en una fórmula las características y distintivos de ambos tipos de praxis podría tal vez decirse que la pravis de los "filosofos" está toda vertida hacia la construcción de la Ciudad del hombre, mientras que la praxis de los "teólogos" está vertida hacia la construcción de la Ciudad de Dios.