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730 Villalmonte la inoperancia que para la vida concreta, individual y social ha tenido aquella sublime concepción del hombre propugnada por los teólogos. A nivel doctrinal, teórico podía la teología presentar como acabada y satisfactoria su visión del hombre. Pero a una cultura cada vez más vertida hacia lo concreto y vital, aquella contemplación de la grandeza del hombre se queda en speculación estéril si no aporta medios para realibarla en la práctica. Más aún, al mostrarse inoperante en orden a transformar la realidad adversa, se corre el riesgo de convertir a la teología en instrumento más o menos activo de la opresión del hombre. Pongamos el ejemplo de la libertad/liberación del hombre. La retórica eclesiástica y teológica hablando de la LIBERTAD del hombre cristiano era abundante y muy matizada. Sin embargo al mismo tiempo con notable tenacidad se negaban los teólogos a reco– nocer las libertades concretas del ciudadano, aquellas que él necesita para que su vida como hombre de carne y hueso, inmerso en las condiciones de este mundo y de esta historia, tenga un margen sufi– ciente de dignidad y de posibilidad de mejoramiento. En una palabra, poco habríamos ayudado al hombre cuando contemplamos y hace– mos contemplar y proclamar su grandeza si no nos decidimos a realizarla. Estamos, por tanto, referidos a la praxis como al criterio que nos permite enjuciar el valor o invalor de un determinado discurso sobre la grandeza del ser humano. 4. - La praxis del humanismo y la praxis de la TF. Ya hemos aludido al giro que el antropocentrismo actual ha cum plido un desplazamiento desde la teoría a la praxis. La teología ha acpetado caminar ella misma en esta dirección y ha pasado desde la preferencia por la ortodoxia hacia la ortopraxis como criterio de la verdad sobre el hombre y, en general, sobre la verdad de cual– quier enunciado teológico. No está todavía bien precisado lo que implica este deslizamiento hacia la praxis. Parece que, al menos, ha– bría que admitir estas caracteríticas más importantes. La experien– cia religiosa - concepto a la vez muy amplio y necesitado de con– creción -, la vida concreta de los creyentes y de la Comunidad ha de tomarse como punto de referencia para iniciar, para continuar y concluir la reflexión sobre la fe que llamamos teología. La eficacia para interpretar y promover la vida de la Comunidad en la caridad deberá ser el criterio para verificar el valor, incluso a nivel teórico,

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