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Contribución de la teología franciscana 703 si a esta TF que apenas pasa de ser una realidad deseada y buscada, a una TF que existe más bien como un desideratum, se le puede pedir colaboración en una teología católica que trabaja por rieali– zarse cara al futuro. Además, al mencionar el futuro hay que pensar en lo que todavía-no es, en lo posible y aún no realizado, pero que quiero serlo: lo futudble. En la actualidad se trabaja con gusto bajo la consigna - que nosotros aceptamos aquí -, de que la teolo– gía del futuro es el futuro de la teo-logía 3 • Pero esta fórmula y el empeño que implica no es, sin más clara, para todos y siempre. Por consiguente, desde ambos polos de nuestro campo de tra– bajo tenemos que movernos con notable inseguridad. Por el motivo ya indicado de estos presupuestos, pero también porque las respues– tas a las preguntas que vayan surgiendo han de ser claramente ina– cabadas. Es -este un riesgo que tiene que correr la teología de los viadores. Especialmente para el talante del teólogo actual que huye de las respuestas con pretensiones definitorias o dogmatizab1es. La teología de la búsqueda, de la pregunta siempre renovada es la más propia de una teología de viadores. Por lo demás, muchos espíritus aceptarán con gusto y aplicarán a la investigación teológica el dicho de Cervantes: mejor es el camino que la posada 4 • Tema tan amplio como ,el enunciado corre el peligro de trans– formarse en una « sylva quaestionum ». Por ello hemos concentrado nuestra Teflexión en torno a uno de los grahdes temas que, a nuestro ·'«El único futuro que tiene la teología, podríamos decir, es convertirse en teología del futuro. Su atención debe volverse a ese futuro que Dios hace posi– ble... Tradicionalmente es la profecía la que ha tratado del futuro. De aquí que el sino de la teología estará determinado por su capacidad de reconquistar su papel profético». H. Cox, No lo dejeis a la serpiente, Barcelona 1969, 32. Trata este tema con mayor detención A. VILLALMONTE, Teología del futuro-fu– turo de la teología, en Boletín de Orientación Bibliográfica, nr. 80 (1970) 33-59. 4 El tema ahora elegido « el giro antropocéntrico de la teología », tiene a la vista, ante todo, la dimensión fundamental, dialogante de la teología con la cultura ambiental. Se ocupa, por tanto, con problemas fronterizos entre la teología y el saber humano. Más hacia el interior de la teología católica ocurre pensar siempre de cara al futuro inmediato, en la renovada era del Espíritu en que está entrando la Cristiandad. No sólo porque la teología de la tercera persona de la Trinidad suscita nuevo interés, sino porque se descubre la uni– versal dimensión pneurnatológica. que afecta a todos los grandes ternas de la teología. Finalmente, se tiene ya a la vista el gran reto que la nueva hermenéu– tica plantea para el tratamiento metodológico de todos los problemas y para la lectura crítica de los textos fundamentales. Los tres ternas guardan entre sí estrecha relación en el tratamiento v soluciones.

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