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Contribución de la teología franciscana 717 la teología de la Contrareforma en la que la TF volvió a conocer un notable rejuvenecimiento. De entrada, pues, la TF histórica está si– tuada en una tensa oposición dialéctica frente al antropocentrismo que ahora contemplamos. Por su enraizamiento medieval la TF no podría menos de presentarse como una orientación intensamente teocéntrica en la consideración del hombre. Pero esta perspectiva se intensifica si nos fijamos en la forma sanfranciscana de vivir las relacionnes Dios-hombre. Es claro que un santo de la Iglesias cató– lica no podrá por menos de tener una vivencia y, en casos, una con– cepción intensamente teocéntrica del vivir y del ser humano. Sin embargo, no creo que esté fuera de lugar la insistencia de los exper– tos en espiritualidad sanfranciscana cuando subrayan esta faceta de la vida cristiana de san Francisco 16 • Esta insistencia en la religio– sidad teocéntrica de san Francisco tiene peculiar importancia en nuestro caso si recordamos que la « forma vitae » de Francisco está en el punto de arranque de las más originales investigaciones teoló– gicas de hombres corno san Buenaventura o J. Duns Escoto 17 • San Buenaventura es considerado como « la conciencia filosófi– co-teológica de san Francisco ». El doctor seráfico expl.'esa en fór– mulas conceptuales las viv,encias religiosas inmediatas del seráfico Padre. Por lo que se refiere al tema que nos ocupa se confirma la teoría, ya que la orientación teocéntrica en la visión bonaventuriana del hombre no ofrece lugar a dudas. El sistema teológico de san Buenaventura es discurso teológico sobre Dios en cualquiera de sus momentos. Tenemos el testimonio de la obra en la que él expresa con mayor espontaneidad su modo personal de enfocar los proble– mas teológicos, el Breviloquium. Un texto al comienzo de esta obra nos revela el absorbente teocentrismo de la teología que, sintética- 16 Ver sobre el tema O. SCIIMUCKI, Franciscus « Dei laudator et Cultor», en Laurentianum 10 (1969) 3-36; 173-215; 245-282. S. LoPEZ, Dios mío y todas mis cosas en Verdad y Vida 32 (1970) 47-82. ID., El Dios para quien bailaba san Fran– cisco, en Verdad y Vida 36 (1976) 33-55. P.B. BEGUIN, Visión de Dios en san Francisco y la que tiene el hombre de hoy, en Verdad y Vida 35 (1977) 47-71. Art. Dio en el Dizionario Francescano, Padova 1983, Laurentianurn, 1982. 17 Es una afirmación constante en los estudiosos de la teología bonaventuria– na y escotista, en cualquiera de sus temas básicos. Ver por ejemplo W. DETILOFF, Die franziskanische Vorentscheidung irn theologischen Denken des heiligen Bana– ventura, en Miinchener Theol. Zeitschr. 13 (1962) 107-115. Para Duns Escoto podrá ,,ervir el autorizado testimonio de Pablo VI en la Alma Mater: « cuius in opere latent certe ferventque S. Francisci Assisiatis perfectionis pulcherrima forma et seraphici spiritus ardores » AAS, 58 (1966) 163.

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