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/'\ ... ' ~-Á.11/V.•b ,,-· pensamiento, antes de la « Kehre », ve en el Dasein la revelación del ser. Después de la « Kehre », es el Dasein quien va camino del ser, que llama, atrae y fascina 1 • Presentamos inicialmente nuestra postura en este estudio como hito de nuestra investigación. Consiste ésta en declarar inviable la ruta señalada por Heidegger, por desentenderse, más aún, por impugnar el verum transcen– dentale. La verdad ontoló~ica, una de las grandes adquisiciones del pensa– miento cristiano-qu·e··~i~ina en la obra de Tomás de Aquino, es el único soporte :firme de la verdad del ser. Este soporte se resquebraja en Suárez, pero vuelve a ser sostén en 1a :filosofía de Leibniz. Muy luego es eliminado radicalmente por la Crítica de Kant. Y Heidegger, muy en la línea kantiana, juzga que la verdad ontológica es producto de un influjo inaceptable de la teología .en __ la ... ~losofía. .--Qüe-Tá·~rítíéa heideggeriana ha calado en muchas capas del pensamiento actual, basta a probarlo el que un pensador español, formado en la escolá– stica, S. Rábade Romeo, formule este juicio: « Lo grave del caso estará en que esta intromisión de la teología en los dominios de la ontología, este querer explicar trascendentemeñte la verdad óntica inmanente al ser, se va a convertir en un error inveterado en la historia de la metafísica cristiana, justificando así en este punto la acusación de teologismo » 2 • Con ingenuidad confesamos que este « error inveterado de la historia » es nuestro propio error. Lo aceptamos con conciencia viva. Es precisamente esta conci~-ncia viva la que nos ha impulsado a reflexionar de nuevo sobre el principio metafísico: « Omne ens est verum ». En efecto; ¿responde este principio y el concepto de verdad metafísica que se encierra en él a una exi– gencia cognoscitiva o no es más que un bello poema metafísico? Que sea esto último pudiera ser una honra más a su favor. Pues nadie podrá negar que esta concepción metafísica alcanza esa belleza a la que la estética apellida de sublime. ~ ·· " Pero al margen de su belleza, queremos examinar el valor de dicho principio, el valor de la verdad metafísica. Queremos mostrar, más bien que demostrar que la verdad del ser seguirá sin fundamento, pe~a los reiterados esfuerzos de muchos :filósofos, de Heidegger en nuestros días, si no se vuelve al principio: « Omne ens est verum ». Esto fue lo que hizo Tomás de Aquino, al resumir en sus análisis largos siglos del pensamiento griego y cristiano. A él tef!~DJ.osc¡ue rt!t()ma.~- Nuestro estudio, desde una visión histórica del problema, se desarrollará en cuatro secciones. En la primera examinaremos el último y grandioso reson¡rctel;i"·-;~rdad ontológica en la :filosofía de Leibniz. En la segunda, 1 Sobre el discutido tema de la Kehre en Heidegger véase el estudio muy pensado de RrmBEN GurLEAD, Ser y Libertad. Un estudio sobre el último Heidegger. Trad. esp. Madrid, 1969. 2 Verdad, conocimiento y ser. Madrid, 1965, p. 31. 584

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