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quaedam expressio et repraesentatio eorum quae in conceptíone dívini Verbi comprehenduntur » 39 • Con la palabra Verbum alude Santo Tomás al misterio trinitario. Como filósofos esto nos es marginal. Pero muy gustosamente recogemos el eterno mensaje de este texto: toda creatura es expresión y representación de una idea divina. En la Summa Theologica hallamos otra fórmula acuñada de esta misma metafísica: « Unaquaeque autem creatura habet propiam speciem, secundum quod aliquo modo participa! dívinae essentiae similitudinem » 40 • Este tema se completa si lo analizamos desde la acción creadora. El Aquinate explica esta acción viendo en Dios al gran artista del universo: « Quia igitur mundus non est casu factus, sed est factus a Deo per intellec– tum agente, necesse est quod in mente divina sít forma, ad similitudinem cujus mundus est factus » 41 • Esta doctrina, ya tan luminosa, adquiere mayor plenitud de sentido ante la pregunta de si dan verdades eternas. El tema ha sido traído y llevado por las serranías de la metafísica hasta llegar en nuestros días a la obra de Husserl y Heidegger. Santo Tomás, con la simplicidad y hondura que acom– paña siempre a su docencia, empalma aquí también con la gran tradición de los pensadores cristianos, especialmente con San Agustín. Siguiendo esta tradición el Aquinate afirma muy conscientemente que si la « ratio circuli » y la verdad matemática de que dos más tres son igual a cinco son verdades eternas, ello tiene su explicación metafísica en que estas verdades tienen su eternidad en la mente divina. Pues si no existiera inteligencia alguna, no tendría sentido hablar de verdades eternas 42 • Cerramos esta reflexión con un comentario a la actitud que toma el Aquinate frente al idealismo. No caemos en la ingenuidad histórica de pensar que Santo Tomás ha previsto esta dimensión del pensamiento moderno y de que ha refutado a Kant con siglos de anticipación. Pero debemos constatar cómo su mente entrevió la posibilidad de que la verdad fuera vinculada por algunos filósofos con la inteligencia humana de modo exclusivo. Tal sabemos que ha sido la postura de todos los idealistas a partir de Kant. De algún modo fue preanunciada esta actitud por aquellos :filósofos griegos de los que dice el Aquinate: « Nihil erit verum nisi secundum quod intelligitur » 43 • Los inconvenientes que se siguen de ello el doctor de Aquino los ve elimi– nados « si ponamus veritatem rerum consistere in comparatione ad intellec– tum divinum ». Esto es afirmar que la verdad metafísica, la que un día negará Kant, es la única que puede dar solución adecuada al problema idealista. En efecto; si la cosa carece de inteligibilidad, como ya vimos, entonces su verdad no 604 39 Summa contra Gentiles, I. IV, c. 42. 40 Summa Theologica, I, 15, 2c. 41 Summa Theologica, I, 15, le. 42 Summa Theologica, I, 16, 7c. 43 Summa Theologica, I, 16, 1 in 1 et ad l.

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