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la sensibilidad? Llegamos en este momento a lo que pudiéramos llamar el segundo momento decisivo del Kantismo. Si en el primero se ha afirmado que el ser dado en la sensibilidad es radicalmente ininteligible en sí por nosotros, en este segundo momento Kant añade que toda la razón de inteligi– bilidad del objeto se halla en el sujeto trascendental. En él se hallan todas las condiciones y prerrequisitos para hacer claro lo opaco, uno lo múltiple, ordenado lo caótico. Un texto clave de Kant nos ahorra largos comentarios. Dice así: « El enlace no existe, pues, en los objetos, y no puede tampoco derivarse de éstos por percepción alguna, y recibirse después en el entendimiento, sino que es únicamente una operaci6n de éste, que no es más que la facultad de enlazar a priori y de reunir la diversidad de las represantaciones dadas a la unidad de la percepción». Cierra Kant este significativo pasaje con estas palabras que, por ser tan fundamentales, citamos según el texto alemán: « Welcher Grund– satz der oberste im ganzen menschlichen Erkenntnis ist » 21 • El principio fundamental del conocimiento según Kant queda aquí enun– ciado. Es la clave de su crítica. En otras ocasiones habla de él, presentándolo como una revolución copernicana en el plano del conocimiento. « Hasta nues– tros días, escribe el filósofo de Künigsberg, se ha admitido que todos nues– tros conocimientos deben regularse por los objetos. Pero también han fra– casado ... Ensáyese, pues, aún a ver si no tendríamos mejor éxito en los pro– blemas de la Metafísica, aceptando que los objetos sean los que deban reglar– se por nuestros conocimientos... Sucede aquí lo que con el primer pensamien– to de Copérnico... » 22 • La conclusión de todo este razonamiento kantiano, es una nueva concep– ción de la verdad. A su definición dedica un apattado de la Critica, haciéndose la pregunta, mil veces repetida: W as ist Wahrheit? La respuesta, no ines– perada, consiste en docírnos que la verdad no puede consistir en la confor– midad de la mente con el objeto, sino que ésta ha de brotar de la correlación entre nuestra mente y las leyes de nuestro pensar. Esas leyes de la mente son los criterios generales de la verdad. Y todo lo que contradiga esas leyes es falso. Al contradecir esas leyes el entendimiento se pone en contradicción consigo mismo 23 • Con esta definición, tan alejada aparentemente de todo tema teológico, tiene lugar un desplazamiento sustancial de la idea de Dios. En efecto, en la visión tomista que llega hasta Leibniz, la verdad es la adecuación de la mente con la cosa porque la cosa se ha desvelado a la mente. A su vez, la cosa es capaz de desvelarse a la mente porque la cosa no es un caos, un absurdo, sino la encarnación de una idea que se halla en la mente divina. En esto 21 Kritik der r. Vernunft. Zweiter Teil, 16. Van der usprünglich-synthetischen Einheit der Apperzeption. 22 Kritik der r. Vernunft. Vorrede zur zweiten Auflage. 23 Kritik der r. Vermmft. Zweiter Teil. Einleitung. III. Von der Einleitung der allgemeinen Logik in Analytik und Dialektik. 59.3

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