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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 455 Según esto, los hermanos quedan divididos en tres grupos a la hora de rezar el oficio divino, alabanzas y oraciones: 170 Los «clérigos» en sentido cultu– ral -los que saben leer- y los laicos en ambos sentidos. A los primeros se les relaciona no con los monjes, que solían tener un oficio más complicado, sino con los curas seculares, por ser más fácil su acceso a la hora de recitar el oficio. Tanto a éstos como a los hermanos que saben leer se les permite disponer de los libros necesarios para la oración litúrgica. En cuanto a los hermanos que no saben leer se les propone una oración ya tradicional en estos casos. 171 De todos modos, y a pesar de esta normativa, la carencia de libros era evidente, ya que durante el vicariato general de Pedro Catáneo, en 1220/21, la Fraternidad de la Porciúncula sólo disponía de un ejemplar del Nuevo Testamento para rezar las lecturas de maitines, y el compilador añade: «En aquel tiempo, los hermanos no tenían breviarios, ni siquiera muchos salterios» (LP 93). Con la Regla bulada, la normalización del oficio divino adquiere un matiz más canónico. Aquí ya no se tiene en cuanta la capacidad cultural de los hermanos, sino su condición canónica de clérigos o laicos. De la fórmula tripartita de la Fraternidad que nos ofrece la Regla de 1221 se pasa a esta otra bipartita en el que desaparece el grupo de los laicos que saben leer. El proble– ma está en conocer a cuál de los dos grupos se han incorporado. Mientras unos defienden que están incluidos entre los laicos que rezan los «padrenuestros,,, otros opinan que el término «clérigos,> de la Regla bulada comprende a los laicos letrados. 17 " Aunque no se pueden aportar demasiadas pruebas en ninguno de los dos sentidos, lo más presumible, dada la influencia de la Curia romana en la redacción de la Regla, es que su sentido fuese estrictamente canónico, a pesar de que la mayoría de frailes, incluso el mismo Francisco, siguiera pensando la acepción cultural del término. Parece impensable que, tanto fray Elías 171 como 170 Para el P. Schmucki el ,<oficio divino, alabanzas y oraciones» serían tres formas diversas de rezar, correspondientes a los tres grupos de frailes de que habla la Regla de 1221; cf. «La oración litúrgica según el ejemplo y la enseñanza de san Francisco de Asís», Sel Fran 24 (1979) 488. 1 í 1 Cf. J. Mrcr\ ~<Los her1nanos laicos>>, 44. 172 L. HARDICK, «Gedanken zu dem Sinn und Tragweite des Begriffes "Clerici"», Arch. Fran. Hist. 50 (1957) 7-27. El autor sostiene que el término «clérigo» en la Regla bulada incluye también a los laicos letrados; por el contrario, VAN DIJK, The originis of tlze modern rommz liturgy (Westminster-London 1960) mantiene que la Regla bulada tiene una estructura jurídico-canónica, por lo tanto la palabra «clérigo» indica sola– mente al que ha recibido, al menos, la tonsura clerical. O. ScHMUCKI, «La oración litúrgica», 490, también es partidario de esta última opinión. Cf. J. Mrcó, «Los herma– nos laicos», 48. 173 Salimbene cuenta en su Crónica que Fr. Elías «enseñaba a los niños de la ciudad de Asís a leer el Salterio», Cronistas franciscanos, 188.

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