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EL CARISMA FRANCISCANO DE ASÍS 473 decir, sin huevos ni lacticinios, y que en los conventos no se coma nunca carne, excepto los enfermos y débiles. 222 Esta interpretación tan cerrada se debió a la influencia de las demás Órdenes y, sobre todo, a la estructura del capítulo III de la Regla bulada donde esta frase no aparece en el fragmento sobre el ayuno, sino en el siguiente, que trata sobre el modo de ir los frailes por el mundo. 223 Una interpretación muy sutil que escapaba totalmente a un Francisco «simple y sin letras», pero que iba también más allá de su modo itinerante de concebir la Fraternidad y las normas evangélicas que configuraban su «forma de vida». El ayuno, las abstinencias eran para Francisco medios ascéticos que expre– saban y ayudaban a abrirse penitencialmente a la conversión; por eso mismo no se podían utilizar como un absoluto que condicionara la estructura itinerante de la Fraternidad. Pero los tiempos habían cambiado, y al hacerse ésta sedenta– ria, ya no tenía sentido mantener las normas de misión. (Continuará.) 222 M. Bn-IL, «Statuta generalia Ordinis edita in Capitulis generalibus Narbonae anno 1260, Assisi anno 1279 atque Parisiis anno 1292», ed. critica et synoptica, Rubrica 4, n. 3 s., en A.rch. Fran. Hist. 34 (1941) 55-59; d. F. DE PAMPLONA, «Los ayunos y abstinencias», 292. 223 En la 1 R aparece tres veces: 3, 13; 9, 13; 14, 3.

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