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EL CARISMA FRA.NCISCANO DE ASÍS 469 El «no cabalgar» es un gesto que hay que colocar dentro de la opc1on menor contenida en la «forma del santo Evangelio»; sacarlo de este contexto es vaciarlo de sentido, convirtiéndolo en una norma sin expresividad y rayana en el absurdo. c) El saludo de paz El saludo de paz es otro de los elementos del Evangelio de misión adopta– do por Francisco en la «forma de vida» y que responde a la tradición pauperística de los Movimientos itinerantes. Ya Norberto de Xant, fundador de los Premostratenses, empleaba este saludo en sus recorridos apostólicos, alegan– do que anunciaba la paz no por méritos propios, sino por haberse convertido, por la gracia de Dios, en imitador de los apóstoles. 211 El texto de saludo de Lucas 10,5 lo traen las dos Reglas, lo cual hace presumible que estuviera ya en el «Propositum» de 1210. Este saludo no es de pura cortesía sino que responde a un verdadero deseo del Santo de comunicar una realidad que experimenta como un don del Espíritu (1 R 17, 15), por eso dice en el Testamento que «el Señor me reveló que dijésemos este saludo: El Señor te dé la paz» (Test 23). Algunas de las cartas las encabezaba con este saludo, y en la bendición a fray León le desea igualmente «la paz del Señor» (BenL 2). No cabe duda de que el origen de este saludo de paz es evangélico, pero no creo que Francisco lo extrajera exclusivamente de la audición del Evangelio de misión en la Porciúncula, por eso no hay que extrañarse de que lo modificara según las circunstancias, pues esto era normal entre los Movimientos itinerantes. 212 El contenido de la paz ofrecida por Francisco se relaciona con la salvación mesiánica de la que es signo y, a la vez, consecuencia. 213 Por tanto no es algo que se pueda conseguir solamente con la voluntad de evitar conflictos, sino que nace de esa apertura penitencial al acontecimiento salvador de Jesús muerto en la cruz para pacificar todas las cosas. La paz, como don del Espíritu, sólo es posible si se acepta que en lo más profundo del hombre está operando hasta trasformar su posición ante Dios y, 211 MG SS, XII, 676. 212 Cf. O. Scl!MUCKI, «San Francisco de Asís, mensajero de paz en su tiempo», Sel Frnn 22 (1979) 134. 213 Cf. J. GARRIDO, La forma de vida, 196 s.; O. Sc11MUCKI, San Francisco de Asís, mensajero de pa:::, 136; A. G. LAMADRID, ,, "Paz y Bien". Resonancias bíblicas del saludo franciscano», Sel Fran 9 (1974) 249 s.
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