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cer al pueblo de Dios el signo profé– tico de minoridad, de fe en el amor providente de Dios, de disponibilidad para el Reino? b) El trabajo, medio de inserción social Según la Regla hay dos medios importantes de presencia y de con• tacto con los hombres, en espíritu de servicio: el trabajo y la limosna (cfr 1 R 7, 9; 2 R 5, 6). En la Regla primera el trabajo es considerado como ejercicio de minori– dad y como medio de integración en el contexto social. La fraternidad no organiza el trabajo, no crea medios propios de trabajo, no finaliza el tra– bajo de cada uno de los hermanos: «Los hermanos que saben trabajar, trabajen y ejerzan el mismo oficio que saben, siempre que no sea contrario a la salud del alma y lo puedan reali– zar honestamente ... Y cada uno per– manezca en aquel oficio o profesión que tenía cuando fue llamado (aco– modación de 1 Cor 7, 24)... Y séales permitido tener las herramientas pro– pias de cada oficio» (1 R 7). Mediante el trabajo profesional o mediante los servicios domésticos o agrícolas, los hermanos ganan el sus– tento para sí, para sus hermanos y también para los demás pobres, espe– cialmente para los leprosos. La Regla bulada no cambió el sen– tido fundamental del trabajo, si bien en ella la motivación ascética -«evi– tar la ociosidad, enemiga del alma»– aparece en primer puesto. El Testa– mento ve en el trabajo, además, un medio de testimonio, de «buen ejemplo». La mendicación, a la cual no es lícito recurrir si no cuando el trabajo no alcanza a cubrir las necesidades de la vida, en la doctrina de San Fran– cisco adquiere un contenido evangé– lico que no debe pasarse por alto: la humillación inherente al acto de men– digar hace experimentar al vivo lo que significa «seguir la humildad y la pobreza de Jesucristo» y no tener nada bajo el cielo, lo que significa «vivir entre personas bajas y despre– ciadas, entre los pobres, los débiles y los enfermos, los leprosos, y ios que piden limosna al lado de los caminos (( R 9), con todos los cuales «recurri– mos a la mesa del Señor», preparada siempre para los pobres (Testam.). c) La «vida apostólica», medio fundamental del apostolado franciscano El apostolado franciscano tiene volverse a Dios mediante la con– como móvil el amor del Salvador. «No versión. se reputaba amigo de Cristo si no amaba las almas tan amadas de El» (2 Cel 72). Lo que cuenta es la gloria de Dios, mover a los hombres al reco– nocimiento de los beneficios divinos y a la alabanza gozosa de la Trinidad. Por lo tanto, mover a los hombres a Y el medio fundamental es el tes– timonio de la vida. Los Hermanos Menores han de predicar «niás con el ejemplo que con la palabra». Fran– cisco, «más dispuesto a practicar la perfección que a predicarla con las palabras, ponía toda la atención, no en 31

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