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substituidas por otras formas nue– vas más auténticas. En fin, se nota defi~iencia en la formación sobre la oraci(m y al mismo tiempq faltan «animadores» espirituale~. APLICACION A NUESTRA REALI– DAD CONCRETA l. ¿Qué signos positivos de in– quietud y de deseo con respecto a la oración vemos en nuestra Provincia, en nuestra Fraternidad local? ¿Con– tamos con experiencias nueval? que ofrecen garantías? ¿Se ha logrado renovar y vitalizar las formas tra– dicionales? 2. ¿De los impedimentos enu– merados en el Documento, cuáles son los qµe nos tocan más de cerca a 11osotros? ·· · · 3. Presentar sugerencias de in– mediata aplicación para orar mejor perso:qal Y: comunitariam~nte. ·· -, PUNTO DE COMPROMISO FRA- TERNO (qµe de'be ser señalado y acep– tado). II. ESPIRITU Y VIDA DE ORACION (n. 6-13) . ' LECTURA I)fJl- T~XTq La verdadera oración responde a una necesidad vital del hombre, destinado a la comunión de amor v de vida con Dios. El itinerario dél hombre hacia Dios no es el mismo para tod~s, y está' su Jeto a 4 lternati– vas de luz y de ~bscuridad, a expe– riencias alegres y adversas (n~ 6). La vida de oración se identifica con la vida en Cristo, que no~ lleva al amor del Radre y de los herma– nos. Como la oración de Jesús, tam– bién la nuestra dehe ser filial, ll~na del Espíritu de adopción y de cola– boración generosa con Dios. Rero el misterio total de Cristo se 'realiza en la Iglesia; de aquí que hemos· de buscar amar a Cristo en la Iglesia (n. 7). La oración es la respuesta al amor y a la llamada del Padre. Es pn coioquio filial con Dios. El nú– i:nero 32 de las Constituciones dice tt·xtttalmente: «La oración a Dios comienza ¡:on la moción del Espíritu Santo por la que e.1 hombre interior escu– cha la voz de Pios que habla al corazón. Pues Dios en la historia de la salvación habla con muchos sig– nos y de. diversas maneras tanto en el orden de la creación, como de modo peculiar en la vida humana v, sobre todo, mediante su palabra,. »Se hace verdadera oración cuan– do el bautizado, obedeciendo a la fe, mantiene en su pensar y actuar ininterrumpido coloquio filial con el Padre, por (::ristq, en el ·Espíritu Santo, ·demostrando su constante amor a Dios, sumo bien, y buscando en él siempre el gozo del corazón. »Consagrados más íntimamente al divino servicio por medio de los consejos evangélicos, particularmen– te por la castidad, afanémonos por mantener ante todo esta vida de oración en libertad de espíritu. Así seremos verdaderos seguidores de San 'Francisco, que parecía, más que hombre de oración, qración viviente. »Apreciemos, pues, mucho la ora– ~·lón misma, en priv~dq y en común, 71

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