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del Superior., con el fin de su– perar un Qbstáculo de la vida de oración o de poner en ~rá~tica un.a iniciativa. En la sigµiente reum~n se debe. volver sobre este'cqinprqmiso p.ara revisa 1 ~dla fid~Jid~d ~gn. · qut se ~~ curµp 1 q. · f: l,A SITUACION ACTUAL (n. 2-5) Lfi.CTURA QEJ.. r.E~Tq Los elementos pqsitivos y :qega~ tivos enumerados han sido e~fr~sa~ cados de las comunicaciones pre– sentadas por los Delegados de las diversas regiones de la Orden. Por lQ tanto, son el fruto de reflexiones previas realizadas a nivel de Con– ferencias (provincias, viceprovincias, misiones). 1. . Datos alentadores (n. 3). Se advierte en la Orden una in– quietud por la oración; junto a" una crisis de oración, que no &e pu~de negar, existe un deseo por ~ncon– tra:r solución a esa crisis, deseo que ya ha·. dado. impulso a cie:r:tas .expe- riencias válidas. . ' ,(Purificar la imagen de Dios»: la era deµtífica y técnic~ está ~aµibian– do en el creyente su man~rá de orar, pues la imagen de Dios se le presenta de un modo má~ d~purado y conforme con el Nuevo Testamen– to; la oración se vuelve :µienos in– teresada, más comprometida con el pian salvífico 'de Dios, más encarna– da y abierta a la acción del Espíritu y a los signos de la realidad de Dios en la vida humana y en la historia. La necesidad de orar es más sen– tida por los hermanos que sufren aislamiento y privaciones en países de Misiones, y, en general, por aque– llos que pastoral y espiritualmente se sient~:f\ menos «in~ta1ados». 70, : ; 2. ·constataciones negat!vas ~H- 4). Frecuentemente está en la base 4na crisis de fe. · ' · · ' Este aspecto fue tratado amplia– mente en el Consejo Plenario de la Orden, como también la objeción de principio, que niega la posibilidad de la oración como comunicación con la r:ealidad trascendente de Qio~. P.er9 las dificultades ordi:qarias de nuestra vida de oración, pr~yie– n~n hoy en día, so°Qre todo, de co11- ilicion'amientos internos: mentalidad ré~cia a la r:~visión que ·exige la nueva sittjación; funesto dualismo entre oración' y acción; que origina, de un lado, un excesivo activismo externo, y de otro' lado, una oración egocéntrica, ,'alienada de la realidad human~. ·' ' Después, la falta de vida frater– na:·' unirse delan'te de Dios, para orar, supone primero el encuentro con los hermanos unidos en el norri~ hre de J'e"sús. ' ' La 'or~~ión tiene su pedagogía, y la psicología ofrece hoy día precio'– sos recursos que disponen para la o'ra.ción, subsidios q"H~ ii~ del:>en des– cuidarse (alusión a los nuevos mé– todos de reflexión practicados hoi día en muchos ambientes; cfr infra n. 27). ' Con la desaparición de ciertas formas tradicionales se constata que en no pocos ·casos faltaba el espí– ritu de oración, porque no han sido ,¡. .. ,,,. !í· •• ,¡ ,., ' '

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