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PRP.SENCIA PENITENCIAL Y PROFÉTICA DEL HERMANO MENOR 187 trata de la que deben profesarse los hermanos entre sí (2 R 6, 9), y ha de ser solícita y abnegada con todos. El texto bíblico más citado por san Francisco es la llamada «regla de oro» de :las relaciones humanas: Todo cuanto queráis que los demás os hagan a vosotros, hacedlo vosotros a ellos (Mt 7, 12). 14 El fundador ha plasmado en las dos Reglas y en el Testamento, con precisión evangélica, el estilo de la convivencia -'-conversatio- de los her– manos entre la gente. Recordando, en el Testamento, los comienzos de la Orden, fes propone, como un ideal que no debe ser echado al olvido, aquella espontaneidad del primer grupo: desprendidos de todo, sin otra cosa que el pobre vestido que los cubría, sometidos a toda clase de per– .sonas, integrados en la comunidad cristiana local para el culto divino y en la realidad social mediante el trabajo remunerado, llevando en los labios el saludo de paz, celebrando por los caminos el misterio de la reden– ción al divisar las iglesias ... (Test 4s. 16-23). Ante todo, deben tener en cuenta los hermanos que, aun como grupo, han de ofrecer el testimonio sincero de vida evangélica, desde ef momento que no hay un claustro que los encubre a las miradas extrañas. En el capí– tulo once de la Regla no bulada incluye en una misma exhortación el com– portamiento interno y el externo: «Guárdense todos los hermanos de calumniar y de trabarse en discu– siones; más bien, hagan por guardar silencio ien la medida .que Dios les .conceda esta gracia. Y no litiguen entre sí ni con otros, sino procuren responder humildemente diciendo: Soy un siervo inútil. Y no se enojen... Y ámense mutuamente..., mostrando con las obras el amor que se pro– fesan... Y no vituperen a nadie, ni murmuren ni difamen... Y sean apa– cibles mostrando máxima consideración para con todos los hombres. No juzguen, no condenen. Y, como dice el Señor, no anden observando los pequeñísimos pecados de los demás, sino más bien piensen en los suyos en la amargura de su alma... » (1 R 11). En el capítulo catorce, sobre el modo de ir por el mundo los hermanos, el fundador se limita a reunir los tt:xtos evangélicos más significativos, tanto de la misión como del discurso de la montaña: «Cuando van por el mundo los hermanos, no lleven nada para el camino, ni bolsillo ni alforja ni pan ni dinero ni bastón. Y en cualquier casa que entraren, digan primero: Paz a esta casa. Y permaneciendo en la misma casa, coman y bieban lo que ellos tengan (cf. Mt 10, 9-12; Me 6, 8; Le 9, 3-5; 10, 4-7). No resistan al mal (Mt 5, 39), sino a quien les abo- 14 Son en total siete citas: 1 R 4, 4; 6, 2; 10, 1; 2 R 6, 9; Adm 18, 1; CtaM 17.

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