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208 J. MICÓ expresión de la diversidad cualitativa de relaciones que existía en el «homi– nitium». A mayor cantidad de «amiscere» se correspondía una dependencia jurídica más fuerte y pesada. 34 No obstante, la liberación era posible tam– bién para los que habían llegado a la ciudad después del año 1172 si pagaban a cambio, como rescate, cierta cantidad de dinero, o lo equivalente en bienes inmuebles, a sus respectivos señores. En caso de que no quisieran tomar la cantidad estipulada para el rescate, debería ser depositada en la catedral hasta el nombramiento de los nuevos Cónsules que la emplearían para el bien del Común. 35 Una lectura, un poco superficial, de estos dos documentos ha facilitado la imagen de un Asís convulsionado por la liberación masiva de siervos. Sin embargo, y valorando debidamente la función del Común en la adquisi– ción de derechos para la ciudad, hay que reconocer que no hubo tal revo– lución social, sino que todas las luchas por conseguir libertades estuvieron motivadas por el acceso al poder. «Mayores» y «menores», en contra de lo que se pueda creer, no repre– sentaba el esquema señores-siervos, sino dos grupos sociales poderosos con mentalidades contrapuestas respecto a la estructura social y que se disputaban el poder. El empleo de los términos «homines populi» - «meno– res» para indicar una de las partes del conflicto, puede inducirnos al equí– voco de creer que se trata de la rebelión del pueblo o de las clases más bajas -tal como hoy lo entendemos- contra los señores feudales. Sin em– bargo, no es así. ·Los derechos que reivindica el Común son exclusivamente para los ciudadanos que forman el pueblo,3 6 quedando fuera esa gran masa de «miserabili» que no pertenecían ni siquiera a los «menores» por carecer de ciudadanía. 37 Por eso, a la hora de presentar el cuadro de las clases sociales en el Asís de Francisco.. no podemos quedarnos en el análisis de estos dos docu– mentos, puesto que no aparecen, por no estar en el círculo de sus intereses, las clases marginadas. Para descubrir la cara más oscura y dolorida del Asís del siglo XIII hay que servirse de los Escritos y Biografías francis- " Puede verse el elenco de casos, que la «Carta» va repitiendo hasta agotar todas las posibilidades de liberación, en BARTOLI LANGELT, La realtc'i, sociale assi– sa11a, pp. 324ss. " Cf. el correspondiente texto de la «Carta» en Ibíd., p. 326. '' El documento de 1210 habla varias veces recordando que lo tratado en el laudo se refiere a los ciudadanos que viven en la ciudad o en las cercanías de la misma: «hoc dictum est de civibus et suburbanis» (lbícl., p. 328). " Los documentos estudiados tratan solamente de los derechos de los ciuda– danos, quedando excluidos todos los demás grupos por no ser de su incumbencia; cf. Assisi al tempo di S. Francesco, p. 30; BARTOLI LANGELI, La realtc'i, sociale assi– sana, p. 309.

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