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LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO DE ASÍS 205 por tanto, no es una institución de clase, ya ,que en su interior están tam– bién los «boni homines», además de los hombres del pueblo. Una prueba de esta formación heterogénea del Común es la necesidad de poner fin a la discordia existente entre estas dos clases por medio de un tratado de paz, la «Carta pacis», que arregle la situación. 26 La paz es negociada por tres árbitros nombrados por el Común, 27 pero la cuestión es saber si este Común es representativo ele todos los habi– tantes de Asís. La fórmula «omnes homines Assisii communiter teneantur» parece indicar que sí, pero la existencia en la población de elementos feudales de servicio -causa del conflicto y de la proposición ele paz– demuestran lo contrario. El Común representaba sólo a los ciudadanos; pero no todos los que vivían en Asís eran considerados jurídicamente ciudadanos, sino sólo aquellos que poseían bienes en la ciudad y estaban libres de toda vinculación servil con algún feudal. 28 La «Carta pacis» de 1203 establece las siguientes disposiciones: Los «villani» sujetos a «hominitium» quedan tal como están, ya que no se encontraban dentro de los intereses del Común por no ser ciudadanos. El problema a solucionar era el de los «cives et suburbani». Entre éstos quedaban liberados de prestar «debitalia servitia» los que habían dejado ele hacerlo veinticuatro años atrás; es decir, antes de 1180. Si, por el con– trario, habían seguido prestándolos hasta la fecha o, todo lo más, hasta 1198, estaban obligados a continuar prestándolos. En el caso de que se resistieran, sus respectivos señores tenían facultad para quitarles el doble de lo estipulado para su líbcración. 29 En resumen, el problema del Común estaba en que siendo libres, por definición, sus ciudadanos, algunos de ellos, seguían arrastrando la contra– dicción de ser «homines alicuius», con la consiguiente obligación de pres– tarles servicios. La solución se da con claridad: A los que se han liberado antes de 1180 se les reconoce formalmente su libertad, pero los que lo han hecho a partir de 1198, aprovechando la sublevación popular contra los «boni homines», vienen obligados a prestar de nuevo dichos servicios. La «Carta pacis» de 1203 nos ofrece las preocupaciones de un Común recién creado por restablecer la paz interna rota a causa del conflicto surgido entre dos grupos sociopolíticos --los hombres de bien y los del 16 Cf. D. WALEY, Le istituzíoni comunali di Assisi, pp. 60ss. 21 Cf. texto en Nova vita, p. 438. '' La plena disponibilidad de uno mismo y de los propios bienes era condi– ción indispensable para adquirir los derechos de ciudadanía. De ahí la lucha de 1os «homines populi» por acabar con el «hominitium», puesto que era una contra– dicción; cf. BARTOLI LANGELI, La realta socia/e assisana, p. 302. '" Cf. el texto de la «Carta» en Nova vita, pp. 438ss.

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