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SAN l'RANCISCÓ ÁNTE LA HISTORIA 295 El otro momento estelar del triunfo de la gracia que irradia Francisco es la acción sobre Inocencio III. Nos permitimos advertir al docto historiógrafo que es improcedente aquí el poner en evidencia los numerosos anacronismos del drama, al presentarnos como sincrónicos sucesos que históricamente tuvieron lugar diez o veinte años más tarde. Lo que intenta R. Schneider es mostrarnos en un reducido espacio de tiempo el dramatismo de las fuerzas históricas que actúan serena o tumultuosamente a lo largo de los siglos. Este es el gran tema. Llega a su culmen cuando Inocencia en sn lecho de muerte permite que Fran– cisco se le acerque y le cubra con el manto de la pobreza. Ante la pobreza que lo envuelve y a vistas de las llagas de Francisco, las palabras que a éste dirige el gran Papa tienen dimensiones de historia universal. Escritas una vez, las vol– vemos a repetir. Tan importantes las juzgamos desde una visión cristiana de la historia: «Tú eres el reino. Tú sólo.» Comentario y amplificación del contenido de este drama son otras páginas de este escritor en las que mantiene, sin tanto patetismo, la misma tesis. En un pequeño esbozo de la vida de san Francisco escribe: «Inocencia es muy posible que luchara íntimamente entre la pobreza y el poder. ¿No había escrito en su juventud un libro acerca del desprecio del mundo? Pero creyó sn deber dirigir a los pueblos y a los reyes desde su trono. Planea un nuevo orden desde su alto cargo. Sin embargo, la fundación del pobre de Asís, cuyo único poder procedía de su entrega total a su Señor, llegaría a ejercer un influjo mucho mayor en la historia que los sabios planes ideados por el Papa. El misterio del reino de Dios consiste en que solamente las voces que proceden de la verdad se dejan oír en el mundo y le mueven.»" En su tensa perspectiva histórica este texto nos dice que R. Schneidcr per– cibfa la resonancia histórica del mensaje de Francisco. Y al tomar conciencia de lo lejos que nos hallamos en nuestros días de planear cruzadas, de emprender luchas contra herejes y, por el contrario, cuán cerca está de nosotros el mensaje franciscano de paz y bien, dramatiza R. Schneider los fracasos del poder, aun– que sea el de un Papa como Inocencio, y los éxitos de la gracia en un mensaje que es hoy tan actual como el día que salió de los labios del Santo de Asís. Con sensibilidad hacia nuestro momento histórico titula uno de sus libros, La hora de san Francisco." Este título nos indica que estamos en el mejor momento para vivir lo franciscano. Con él se proclama la perennidad de una fuerza que no ha tenido más apoyo y sostén que la gracia. En este clima de entusiasmo por el Pobrecillo de Dios, Francisco, hay que enmarcar el juicio definitivo que nos da sobre la obra histórica del gran Papa Inocencia: «Quizá la acción más potente, escribe R. Schneider, la más penetrante en el lejano futuro que realizó Inoccncio, fue el haber comprendido y haber 1 ' Weltreiclz und Gottesreich, Munich 1946, 137. 1 ' Die Stunde des hl. Franz von Assisi, Heidelberg 1946. Adviértase el título de la traducción francesa, muy en línea con este estudio: Le saint, maUre de l'histoire, París 1958.

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