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LA DIMENSIÓN RECUPERADA 297 propio interior conduce a los mayores desarraigos. Por el contrario, una rehabitación de ese espacio interior ha de ser requisito previo para la hermosa realidad de una sociedad nueva. • Finalmente, Francisco colabora a la redimensión de las estructuras sociales cuando él mismo se sitúa en ese lado en el que uno vive no ya de su imagen sino de su verdad. El recurrente tema de Francisco «todavía puedo tener hijos e hijas» más que un acto de humildad es expresión de la conciencia que se tiene de vivir en la fragilidad de la propia opción. 20 De esa fragilidad asumida nace la verdad. 21 Cuando la sociedad parece no poder funcionar sin una formidable dosis de hipo– cresía social Francisco es de los que abren a la certeza de que, como dice el Evangelio, solamente la verdad es vía de acceso a la libertad 22 y de ahí a una sociedad distinta. 3. LA REDIMENSIÓN DE LA PERSONA DE JESÚS Debido a los enormes avances bíblicos habidos en este siglo, hoy nos resulta fácil llegar a una valoración positiva de la humanidad de Jesús. Más aún, no pocos creyentes viven su fe con una cierta cordialidad por la valora– ción positiva del lado humanista de Jesús. Los medios de comunicación laicos van en esa misma dirección 23 y la exégesis que deriva de la antropología cultural del siglo I aporta sugerentes perspectivas que, poco a poco, van pasando al ámbito de la vida cristiana común. 24 Pero detectar en tiempos de Francisco las posibilidades de caminos simila– res no era cosa común. Tampoco la exégesis técnica y culta del tiempo camina– ba por estos derroteros. 25 De modo que, sin ser único, él ha encontrado en la humanidad de Jesús una vía de acceso ancha y hermosa a la realidad viva del Jesús salvífico anclando su experiencia de la humanidad de Jesús en dos asideros decisivos: la encamación y el misterio de la cruz. 20 2 Cel 133; LM 6, 3; LP 10. 21 Cf. también la estremecedora escena de 2 Cel 117; LM 5, 4. 22 Cf. Jn 8,32. 23 Ver J. ARIAs, «El divino desconocido», en El País semanal, núm. 1.212, 19 diciem– bre 1999, pp. 120-128. 24 Cf. B.J. MALINA, Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo 1, Ed. VD, Estella 1996, y todo el entorno del llamado Jesus Seminar de New York. 25 Cf. F. ArzJ>URúA, «"Cum esset sero die illo" Un 20,19). Una valoración actual de la exégesis antoniana», en Estudios Franciscanos 97 (1996) 281-288.