BCCCAP00000000000000000001512

Una escultura de Juan Alonso Villabrille y Ron para los capuchinos de Madrid PÁTINA. Junio 2016. Nº 19, pp. 45-63. ISSN: 1133-2972 59 La actividad de Villabrille para con el convento de San Antonio del Prado no queda aquí; Ceán le adjudica otro grupo escultórico formado por san Joaquín, santa Ana y la Virgen María niña (1800, edición de 2001: tomo III, 250) que al día de hoy se encuentra en paradero desconocido. No creemos que pueda ser el existente en el cercano convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid (Cano, 2013: 27). Como posibilidad y mera hipótesis no nos extrañaría que Villabrille hubiese sido elegido para hacer alguna obra más en el convento de San Antonio del Prado, tal vez la estatua pétrea del citado santo en la fachada de su nuevo templo , bendecido como ya dijimos el 20 de noviembre de 1716 (De Carrocera, 1973: 36); recuérdese en este sentido que se le atribuye la efigie de san Elías para la portada del templo conventual del Carmen de Salamanca (Urrea, 2013: 92), las esculturas de san Isidro labrador y santa María de la Cabeza del puente de Toledo de Madrid (1723), además de la estatua de san Fernando del Real Hospicio de Madrid, pieza documentada en 1726, así como la efigie en piedra de san Basilio Magno de Alcalá de Henares, figura hecha hacia 1728-1732 (Cano, 2014 a). La escultura de san Félix de Cantalicio del convento de San Antonio del Prado ejerció influencia sobre otra importantísima talla del colegio-convento de los capuchinos de Alcalá de Henares. Se trata en este caso de una representación del lego capuchino al que se le aparece el Niño Jesús, teniendo el privilegio de poder sostenerlo con sus propias manos (fotografías en el IPCE, Archivo Moreno, nº 37.738_B y nº 37.739_B); esta obra fue atribuida en primera instancia a Villabrille (Cano, 2012) para luego ser adscrita a Luis Salvador Carmona (1708- 1767) (último estado de la cuestión en Cano, 2015: 297-298), tras verse que «los modelos de los niños de su peana ni la expresiva cabeza del santo concuerdan con lo conocido de Villabrille» (Urrea, 2013: 86). Carmona emplea tres niños que portan panecillos como exaltación de la ayuda a los más necesitados, repitiendo lo que había hecho su maestro. Sin embargo, el resto de la composición se inspira en el lienzo homónimo que Alessandro Turchi pinta en 1626 para el convento de Santa María de la Concepción de Roma. Conclusiones No se han encontrado fuentes manuscritas que documenten fehacientemente la autoría del san Félix de Cantalicio madrileño, pero desde un punto de vista estilístico es obra indudable del maestro asturiano; su realización debió tener lugar hacia 1712-1713. Los Padres Capuchinos escogieron a Juan Alonso de Villabrille y Ron y a Luis Salvador Carmona para representar los dos momentos más importantes en la vida del santo: “el éxtasis” y “la visión”. En Madrid daban culto a s an Félix de Cantalicio en actitud extática, indiscutible exponente de la humildad y la caridad, ejercidas durante cuarenta años como limosnero, para finalmente alcanzar la gloria de estar en contacto con Dios, mientras que en Alcalá de Henares escogen el instante culminante del episodio en el que la Virgen María se aparece al santo para depositarle al Niño Jesús en sus brazos. El extraordinario talento de Villabrille, así como de Carmona, hicieron que sus esculturas consiguiesen el objetivo demandado por los frailes capuchinos: la máxima exaltación del primer santo de la Orden. Obras de tanta calidad han tenido poca suerte desde el punto de vista de la conservación; todo parece apuntar que el grupo escultórico alcalaíno se perdió durante la Guerra Civil, mientras que el madrileño se ha reducido a una única figura, poco bagaje para tan excepcionales conjuntos escultóricos. La restauración del san Félix de Cantalicio del convento de San Antonio del Prado, pero hoy en el convento de los capuchinos de Salamanca, puede devolvernos gran parte del esplendor de otra de las mejores tallas de Juan Alonso Villabrille y Ron. *Agradezco al Padre Jesús González Castañón (OFMC) y a la comunidad de los PP. Capuchinos de Salamanca que me hayan permitido estudiar la imagen de san Félix de Cantalicio del convento de San Antonio del Prado de Madrid. También doy las gracias a don Mario Mateos Martín por haber realizado la mayor parte de las fotografías de este artículo, que han sido retocadas por don Pablo María García Llamas. Imagen 13. Atribuido a Juan Alonso Villabrille y Ron. San Félix de Cantalicio: detalle de la cabeza, posición frontal. Fotografía de Mario Mateos. Imagen 14. Atribuido a Juan Alonso Villabrille y Ron. San Félix de Cantalicio: pormenor de la testa, vista de la parte posterior. Fotografía de Mario Mateos. Imagen 15. Atribuido a Juan Alonso Villabrille y Ron. San Félix de Cantalicio: detalle de la cabeza, perfil derecho. Fotografía de Mario Mateos. Imagen 16. Atribuido a Juan Alonso Villabrille y Ron. San Félix de Cantalicio: pormenor de la testa, perfil izquierdo. Fotografía de Mario Mateos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz