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JULIO MICÓ, OFMCap EL CARISMA DE FRANCISCO DE ASÍS COMENTARIO A LA REGLA BULADA DE 1223 (Continuación y final) XI. LOS HERMANOS NO ENTREN EN MONASTERIOS DE MONJAS MANDO FIRMEMENTE A TODOS ! .OS HERMANOS QUE NO TENCAN SOSPEC! lOSO TRATO O CONSEJOS DE MUJERES; Y QUE NO ENTREN EN MONASTERIOS DE MONJAS, FUERA DE AQUELLOS HERMANOS QUE TIENEN UNA LICENCIA ESPECIAL CONCEDIDA POR LA SEDE ÁPOSTÚLICA; TAMPOCO SF HAGAN PADRINOS DE VARONES O DE MUJERES, NI CON ESTA OCASIÓN SE ORIGINE ESC/\NDALO ENTRE LOS HERMANOS O ACERCA DE ELLOS. Situando este capítulo dentro de la estructura de la Regla, habría que decir que su función es simplemente de relleno, de explicitación del voto de castidad que se promete al principio, como toda profesión de vida religiosa aceptada por ia Iglesia, pero que no constituye un elemento caracterizante de la opción franciscana. Esto no quiere decir que careciera de importancia para Francisco; pero es una virtud, lo mismo que otras muchas, que se sobreentienden y se practican sin concederles un puesto relevante en el ensamblaje del proyecto de vida. Dentro de la visión pesimista que caracteriza la sexualidad en el medioevo, y de la que Francisco es también partícipe, adquiere, no obstante, un matiz especial debido seguramente a un enfoque de cortesía caballeresa y al ensan– chamiento del concepto de pureza mucho más allá de la simple castidad. No creo necesario entrar en el tema de la caballería para analizar la relación cortés, al menos formalmente, que existía respecto a la mujer y la influencia que pudo tener en la estructuración del proyecto evangélico de Francisco; pero es cierto que, más allá de la imagen de soldado de Cristo dada por Celano a la figura de Francisco, aparece una actitud de cortesía caballeresca que se refleja en su concepción de la mujer y en la relación con ella. 3 s 1 351 Además de esta visión más tradicional de la caballería: H_. FELDFR, n caballero de
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