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EL CARISMA DE FRANCISCO DE ASÍS 103 1. AQUELLOS HERMANOS QUE QUIEREN, POR INSPIRACIÓN DIVINA, IR ENTRE SARRACENOS Y OTROS INFIELES, PIDAN PARA ELLO LA LICENCIA A SUS MINIS– TROS PROVINCIALES. PERO LOS MINISTROS NO OTORGUEN LA LICENCIA PARA IR SINO A LOS QUE VEAN QUE SON IDÓNEOS PARA SER ENVIADOS. Este fragmento supone ya, como algo adquirido, la misión entre infieles; por ello se reduce a reglar los trámites necesarios para conseguir la licencia. Las relaciones de la Cristiandad con los infieles, sobre todo los musulma– nes, había adquirido desde fines del siglo XI un matiz bélico. La respuesta organizada de la Iglesia ante la invasión árabe se había reducido a la creación de las Cruzadas. 374 Inocencio III, ya desde los primeros momentos de su pontificado, había tomado corno tarea prioritaria la recuperación de los Santos Lugares. El Concilio IV de Letrán supuso la proclamación solemne de la V Cruzada; una Cruzada que, a pesar de concebirse como guerra santa, 375 incluía también ciertos intentos evangelizadores, según se deduce de la carta enviada por el Papa al Ministro de la Orden de Santiago en 1210, donde manda que en la lucha contra los sarracenos se intente sólo defender a los cristianos de sus incursiones -autodefensa-, procurando atraerlos a la fe cristiana -evangeli– zación-.37" Este nuevo concepto de Cruzada debió llegar también hasta Francisco, pero no sabemos la influencia que pudo tener en su decisión, tanto esta idea como la llamada del Papa a la Cruzada. Lo cierto es que, al poco tiempo de organizarse el primer grupo de compañeros, intentará, según cuenta Celano, embarcarse para Siria con el fin de predicar la fe cristiana y la penitencia a los sarracenos y demás infieles. Ante la imposibilidad de conseguir el objetivo, se dirigirá un año después a Marruecos a predicar el Evangelio al Miramamolín y sus correligionarios; pero de nuevo, una enfermedad le obligará a volverse desde España y desistir de la empresa. 377 En 1219, al fin, conseguirá llegar hasta el Sultán de Egipto, 378 pero el fracaso apostólico y la crisis de la Fraternidad ' 74 O. voN RIEDEN, «Das leiden Christi im Leben des hl.Franziskus von Assisi. Eine quellenvergleichende untersuchung im lichten der zeitgenóssischen passionsfróm– migkeit», en Coll. Fr,m. 30 (1960) 366. ' 75 Cf. A. ÜLIVER, Tácticas dt' propaganda, p. 163; G. BASETTI-SANI, «Actitud profética de Francisco de Asís ante el Islam», en Sel Fran 16 (1977) 96 s. 176 MIGNE, PL 216,209. :m 1 Cel 55 s.; d. O. SuIMUCKI, «Le malattie di Francesco durante gli ultimi anni della sua vita», en Francesco d'Assisí e francescanesimo dal 1216 al 1226, p. 323. :178 Cf. M. RoNCACLIA, ,,San Francesco d' Assisi in Oriente», en Stud. Fran. 25 (1953) 97-106; A. GrnNATO, «S. Franciscus in Oriente, missionarius et peregrinus», en Act. Ord.

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