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300 FIDEL AIZPURÚA, OFMCAP y de la cruz rompen el silencio de la pobreza y de la injusticia,"º sólo así se puede luchar contra la macroblasfemia de nuestro tiempo que es que dos mil millones de personas vivan en el mundo con menos de dos dólares al día; b) en el de la solidaridad, porque las víctimas mueven a «llevarse mutuamente,., hasta hacer que toda persona se siente en la mesa que iguala a los desiguales, la que construye la familia humana, para que todos lleguen a ser con ese gozo de llevarse mutuamente; c) en el ámbito de los cambios radicales, porque no se trata de incidir en la dinámica del más o menos sino en el intento de revertir la historia hasta llegar a poner en pie la novedad de una civilización de la pobreza, o de la dignidad, que viene a ser lo mismo. L. González-Carvajal se hace esta pregunta que los franciscanos/as habríamos de recoger como nues– tra: «¿Quién se ocupará de los perdedores?»· 11 Su suerte no habría de sernos ajena. No podemos mirar su dolor como si no fuera con nosotros/as. 42 * En modos alternativos: No habrá manera de ser fieles al legado espiritual del franciscanismo sin la imaginación suficiente para ir generando, en modos locales y globales, maneras alternativas de vivir la globalización. «La visión latente en la globalización compite con la visión cristiana de la ecúmene, de la unidad de la humanidad y de toda la tierra habitada ... La lógica de la globali– zación tiene que ser puesta en tela de juicio mediante un concepto alternativo de estructuración y de vida, a saber: la comunidad en la pluralidad. Los cristianos y las iglesias están llamados a comprender el reto de la globalización como un asunto de fo, a oponer resistencia al creciente domino de la globaliza– ción económica y cultural y a buscar formas alternativas al sistema económico actual.>>' 13 Esas maneras alternativas habrán de estar caracterizadas por modos nuevos y racionales de entender el consumo, el disfrute de los bienes, el sentimiento de propiedad del dinero, etc. * La utopía comunitaria: Lo hemos dicho varias veces a lo largo de esta exposición: la utopía de la fraternidad universal es absolutamente necesaria para el devenir humano. La espiritualidad franciscana está llamada a mante- 40 «Una globalización sin verdad, peor aún contra la verdad no humaniza y, además, no puede "globalizar" sino "excluir"»: lbid., p. 134. 41 Op. cit., p. 46. 42 El mismo autor desarrolla (pp. 46 y ss.) el concepto de status confessionis que utiliza la teología protestante para decir que algo es consustancial al hecho creyente y que, de no aceptarse, vaciaría de sentido la eucaristía y la misma fe. Hoy la suerte de los perdedores sería parte del núcleo del status confessionis. ·B VIII Encuentro Ecuménico Mundial de las Iglesias, Harare, diciembre de 1998, citado en: H. ScHALÜCK, «La globalización como reto de la familia franciscana,,, en Selecciones de Franciscanismo 89 (2001), p. 169.

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