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«LO AMARGO, SE ME TORNÓ EN DULZURA» 187 vivencia, sobre todo la última época de su vida, ha sido su mayor dificultad y ha motivado la más honda crisis de su existencia. La vida del hermano Francis– co, como la de los grandes buscadores de Dios, ha estado siempre marcada por la pregunta de todo buscador: ¿Qué quiere Dios que haga? 25 En los últimos años de su vida esta pregunta ha cobrado una fuerza casi angustiosa. En rigor, el proceso de institucionalización de la Orden comienza ya en vida del mismo hermano Francisco, como lo muestra sin pretenderlo la Carta de Jacobo Virty, que desvela la realidad de un grupo que se va organizando por él mismo. Pero el punto de inflexión se da con el viaje a Tierra Santa de 1219-1220. Es entonces cuando al hermano Francisco se le abren los ojos. Lo de menos es lo del asunto de Felipe Longo o el de Juan de Carnpello. 26 La realidad más dura es que el sector dirigente de la Orden está entrando, quizá sin darse cuenta, por el camino de la institucionalización. El hermano Francisco reacciona alejándose de la dirección y haciendo toda una labor profética desde «fuera» de la organí– zación.27 Ante el desafecto de un cierto sector de la fraternidad,2 8 él intensifica el amor a los hermanos que le entienden. 29 El distanciamiento del hermano Francisco no está hecho de rechazo sino del afán siempre vivo de que el grupo no abandone la senda de la primera intuición. El retiro anterior a las llagas, en 1224, marca el hito de su «gran tentación» 30 y cómo la manera de superarla fue el aferramiento creyente al valor de la cruz y de la entrega como cauce de salvación y de vida. La parábola de la Verdadera alegría, en su aparente ingenui– dad, refleja bien la situación de esta época: el éxito del camino cristiano es mantener el equilibrio vital cuando los caminos son oscuros o, más sencilla– mente, vivir en amor y fraternidad por encima de cualquier rechazo, aunque el tal rechazo afecte a las más queridas opciones personales. Es únicamente así cómo la Orden podrá seguir siendo fraternidad. 2. LA METAMORFOSIS DEL FRANCISCANISMO Es un período relativamente corto, unos ochenta años, en que la fraterni– dad se consolida en la dinámica de una Orden, en la que el franciscanismo 2 ' OrSD. ze J. DE GIANO, Chronica, n. 13. 27 Nombramiento de Bernardo de Quintavalle como ejemplo para la Orden (EP 107), de la Porciúncula como casa modelo para la Orden (107), la renuncia a la dirección mostrada en forma tan profética en la escena de J. DE GIANO, n. 17. 28 2C 51. 29 Con el hermano León, con Clara, con Jacoba de Siete Solios, con Bernardo de Quintavalle. 3 ° Como la denomina G.G. MERLO, art. cit., p. 13.

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