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FRANCISCO DE ASÍS: SIGNO Y COMPROMISO 449 referimos a las dos estrofas finales del Cántico, 33 la navidad de Greccio 34 y el misterio de las llagas. 35 Las estrofas finales del Cántico, y todo el poema mismo, solamente pueden ser entendidas como la comprensión de la realidad de uno que ha tocado los fondos últimos de la redención a través de la historia doliente asumida y trascendida. La navidad en Greccio es el misterio de la pobreza de Jesús unida a la fuerza motora de la redención; y, por extrapolación, a la fuerza de la pobreza evangélica comprendida como misterio de cruz asumido. Y el misterio de las llagas es el resultado de un proceso de imitación, interiorización y adhesión al crucificado que ha tenido su reflejo, no el mayor (aunque ciertamente llamativo), en la misma realidad física de Francisco. Son signos de ultimidad, maneras de entender de forma definitiva la realidad de la historia desde la identidad más cercana a la salvación del crucificado. 3. LA PRESENCIA SJGNIFICA'J'JVA DEL FRANCISCANO EN LA S<X:IEDAD DE HOY Cuando hablamos de «presencia significativa» no estamos queriendo hablar de una presencia relevante, notoria, sino de una presencia profética en un compro– núso lúcido y eficaz de cara a la persona de hoy. El mismo concepto de eficacia lo entendemos no como un gran montaje sino como la mano puesta en el corazón herido del hermano y la presencia en ese mundo de lo imposible donde la eficacia no se mide por la clave del éxito sino por la del amor derramado en el otro. a) La fe inquebrantabie en ei «hombre nuevo» El franciscano debería mantener una inquebrantable fe en el «hombre nuevo», es decir, en los valores reales de la persona humana por encima de cualquier limitación. De ahi brotarían el compromiso concreto con el amplio mundo donde ese «hombre nuevo» es considerado como pieza de deshecho. Y en esas presencias el franciscano reivindica la participación del débil como débil en la sociedad de hoy. La transformación del débil en fuerte y su posterior participación como fuerte en la sociedad ya lo intentan muchas organizaciones, y logran éxitos. Quizá el terreno del franciscano es además otro: aquel en que el paso de la debilidad a la fortaleza es imposible. Por eso, dado que cree de verdad en el «hombre nuevo», en la persona con valores más allá de su imposibilidad para sobreponerse a su debilidad, por eso se alía con él. Los ámbitos de lucha son inacabables. 33 Cf. EP 101. 34 Cf. 1 Cel 84-87. '°' Cf. TC 17. 69.
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