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446 FIDEL AIZPURÚA b) Los signos del hombre del Reino Nos referimos a esos modos en los que Francisco ha plasmado su «forma de vida» evangélica: una forma de vida penitente, en los modos inmediatos del Evangelio, en un verter el mensaje en una predicación plástica, en la pobreza como marco envolvente y en la fraternidad como garantía de perseverancia. 14 Más allá de la forma que estos signos han cobrado en su vida, Francisco ha querido indicar con ellos que es posible la utopía evangélica de una historia enseñoreada por la novedad de la justicia del Reino. Los primitivos biógrafos lo han visto como un hombre nuevo, 15 e incluso como un hombre del futuro. 16 Ha querido plasmar en la conversión y en la penitencia la continua búsqueda que el Mensaje imprime a la persona del Reino; en la itinerancia y la apreciación sencilla desde la vida, el despojo al que está condicionada la nueva visión de la historia; en la fraternidad, el amparo nuevo y definitivo que el corazón humano encontrará en el corazón del Padre. El cultivo de estos valores ha forjado el interior de Francisco hasta crear en él una estructura interior nueva, la estructura del hombre del Reino que entiende la realidad desde una perspectiva distinta: aquella en que la justicia es el eje y el motor de la vida y ello con aspiraciones de plenitud. c) Los signos de la reconciliación Más allá de los tópicos literarios y medievales, entre los que quizás podríamos citar los conocidos pasajes del lobo del Gubio, 17 o la pacificación en Perusa, 18 o el talante pacífico con los bandidos de Monte Casale,19 descubrimos en Francisco un conjunto de signos de reconciliación entre los que queremos destacar el de VerAl y el de la CtaM. VerAl ha sido generalmente leída desde un lado lírico y poético. Pero, más allá de esos valores, que indudablemente los tiene, hay en ese escrito una sangrante herida por una realidad fraterna que toma un giro que concuerda difícilmente con la primitiva opción franciscana, que Francisco desea mantener viva. Es el problema de la institucionalización de la Orden. 20 Ante una situación así, él insiste en el valor de la reconciliación fraterna como el que puede salvar de verdad no sólo la unidad de la familia franciscana, sino la verdad misma del Mensaje de Jesús, que va más 14 Cf. F. .AIZPURúA, ibid., pp. 155-158. 15 Cf. 1 Cel 83; 3 Cel 1; LM 12, 8; TC 12. 16 Cf. 1 Cel 82. 17 Cf. Flor 21. 18 Cf. 2 Cel 37. 19 Cf. LP115. 2 ° Cf. Th. DEsooNNETS, De la intuición a la institución. Los franciscanos, Aránzazu 1991.

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