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306 E. RIVERA DE VENTOSA Siena, consciente de esta su gran fecundidad, manda al que le hacía de secretario: «Escribe cómo bendigo a todos mis hermanos, a los que están en la Religión y a los que han de venir hasta la consumación del siglo.» 47 Ante esta unión conyugal, fiel y fecunda, de san Francisco con la Pobreza volvemos a repetir que hay que eliminar toda confusión entre el amor cortés, extraño al matrimonio, y el amor conyugal de profunda raigambre bíblica. Las lenguas románicas han contribuido a esta confusión por carecer de la traducción directa del vocablo latino «uxor», vertido pobremente en el usual «mi mujer», «la mía moglie», «ma femme», pese a su exaltación galante en «señora», «dame» 1 «donna / madonna». Una visión realista de la vivencia psicológica y teológica del amor de san Francisco a la Pobreza transpira amor conyugal. Para Francisco la Pobreza fue verdadera y legítima «uxor». Réplica femínea del «marito» de Dante. 43 Sólo 1 pues, de un modo parcial es histórica la descripción del ambiente trovadoresco, tal como lo expone A. Fortini: «Anche questa poesia provenzale... altro no e che l' esaltazione della perfetta vita cavalleresca, la quale canta su tre motivi principali: l' arnore della donna, la gioia della vita, lo splendore della prima·· vera.» 49 Puede sugestionar esta descripción. Pero adviértase que no se hace alusión a la vida conyugal, esencial a la relación de Francisco y la Pobreza. De todo ello debe concluirse que Francisco tomó de los trovadores expresiones amorosas, entusiasmo y alegría, decires, cantares y gestos. Pero en el momento crucial de su vida los deja cantando al «eterno femenino», mientras que él se une conyugahnente -y con no menos canto y alegría- a su altísima y amadísima Pobreza. En este enmarque histórico se lee con fruición el último capítulo de la obra de H. FELDER, El caballero de Cristo Francisco de Asís. Describe morosamente las notas de Francisco trovador: La jovialidad alegre que transfigura su vida, mostrándola siempre en alza hasta en los momentos de mayor abatimiento espiritual. Su amor al canto y a la música que motiva venga un ángel del cielo a tocarle el violín. El ser poeta por su vida trocada en poema y por sus versos, pocos pero genialmente iluminados. Resume H. Felder su visión trovadoresca de Francisco en este juicio de J. Gfüres, quien puso su sensibilidad romántica en contacto con san Francisco: «Con la corona de poeta tenía asegurado el amor de la belleza. Pero si era un poeta nato, mucho antes había nacido para santo.» 50 47 Tests. 48 Siente el problema sin hallar plena solución M. DAMIATA, al hacer la traducción de Ubertino da Casale: «Vorremmo solo avvertire che nella traduzione noi parliamo di Signara poverta, e non di Madonna o Donna Poverta, tentativo di togliere aquella figura la vaghezza che un' interpretazíone un pó romantica e un pó oleografica vi ha deposto.» (Studi Francescani 90 (1993), p. 14). 49 A. FoRnNI, ob. cit., p. 173. 50 H. FELDER, El caballero de Cristo..., ob. cit., pp. 122-123.

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