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304 E. RIVERA DE VfNJ'OSA parecemos que históricamente falsifica la honda relación vivencial de san Fran– cisco con la Pobreza. Es de notar como punto de partida de nuestro razonamiento, que el amor cortés es un amor extraño al pensamiento bíblico. Dos notas son esenciales al amor cortés: la exaltación por su gracia femenina de la mujér amada por el caballero; y el desentenderse del matrimonio en su doble exigencia de fidelidad en el amor y de fecundidad en los hijos. Ante estas dos notas del amor cortés advertimos que el amor bíblico de hombre y mujer es un amor esencialmente ordenado por el Creador a la finalidad procreadora. La exaltación de la femineidad en sí misma no tiene relieve en la literatura bíblica. Yno se alegue en contra el idílico Cantar de los Cantares, pues refrenda nuestro aserto. Todos los requiebros mutuos que leemos en el mismo son preámbulo del abrazo conyugal, fuente de vida. Por eso ha podido ser interpretado este libro como un canto al religioso matrimonio de Dios con su pueblo. Y no en vano nuestros místicos, que describen con regusto moroso el matrimonio del alma con Dios, han citado y comentado hasta la saciedad tan bello epitalamio. Y no es que la mentalidad bíblica se oponga a la exaltación de la belleza femenina. Siempre la ve como un don de Dios. Pero sucede que estos elogios y alabanzas son algo muy secundario ante la obra creadora del amor conyugal, cooperando a la obra divina de transmitir la vida. Tampoco es nada contrario, más bien conforme al amor conyugal, que cuando se inicia el noviazgo la pareja feliz utilice el floreo trovadoresco para expresar el dichoso sentimiento que la embarga. Esta perspectiva histórica sobre el amor cortés da pie al juicio que sobre el mismo formula el crítico literario Henri Davenson: «Amoral, inmoral, contraire aux enseignements de Dieu et de l'Eglise... ce n' est pas chrétien, c'est certainement antichrétien.» 39 Es duro este juicio. Sin embargo fundado. Hasta en la Encyclopedia Americana podemos leer este certero aserto sobre el antibíblico amor cortés: «Courtly love was aliento marriage, because love had to be freely give.» 40 Una anécdota referida por Celano nos introduce de lleno en el ambiente trovadoresco de Francisco. Refiere que después que éste oye la admonición noctur– na de Spoleto, renuncia a su ida a la Pulla. Y lo que es más: a su ideal caballeresco en lo que tenia de meramente humano. Se reconcentra entonces sobre sí mismo a la espera de que Dios le muestre el nuevo camino que ha de seguir. A sus amigos habla de la búsqueda de un tesoro escondido y de que pensaba llevar a cabo nobles y grandes gestas. 41 «Quienes le oían, escribe Celano textualmente, pensaban que '" Henri DAVENSON, l.es Troubadours. Ed. du Seuil, Paris 1961, p. 180. 40 The Encyclopedia Americana. Internat. Edition, 1976, vol. 2, p. 410. 41 De1ús DE Roucs'V!ONT ha realizado este contraste en sus estudios sobre la cultura occidental por vincular el amor cortés con el amor-éros y el matrimonio con el amor-ágape. Merece este gran tema ulteriores estudios.
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