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VNENCIA PRIMERA DEL ALMA DE SAN FRANCISCO 303 Gascuña, Tolosa, Auvernia, etc. Se ha mantenido el nombre de Provenza por ser el lenguaje provenzal el más utilizado en aquellos ambientes. 36 Un reflejo de esta situación lo percibirnos en san Francisco. De él escribe A. Fortini: «Francisco había demostrado desde los primeros años tan perfecto conocimiento de la lengua y del nuevo arte de los trovadores que, según más de un historiador, este fue el motivo, y no el designio paterno de hacerlo unmodelo debuen comerciante a estilo francés, lo que movió a la gente a cambiarle el nombre en el de "Francesco" -Francisc~. "Hasta alguno vio un signo particular de la gracia en su facilidad de hacer suya la forma y el espíritu de la lengua provenz~."» 37 Justificado por lo dicho que hablemos aquí del ciclo pravenzal de caballería, que los trovadores ensalzaron i:on sus cantos, interesa tener una perspectiva histórica de este período para comprender mejor lo que de este ambiente trovadoresco asumió san Francisco. J. Ortega y Gasset, muy dado a proponer perspectivas históricas, ofrece la de este período en una síntesis que merece nuestra reflexión. Lo hace en estos términos: «Aun no se ha situado en su debido rango histórico esta cultura de la "cortesía" que florece en el siglo xn y que es, a mi juicio, uno de los hechos decisivos en la civilizaciónoccidental. De la "cortesía" salieron san Francisco y Dante, la corte papal de Avignon y el Renacimiento; en pos del cual se apres~a toda la cultura moderna. Y esta gigantesca cosecha procede íntegra de la audacia genial con que unas damas de Provenza afirmaron una nueva actitud ante la vida... La primera Edad Media es como el varón, toda exceso. La leí de cortezia proclama el nuevo imperio de la "mesura", que es el elemento donde alienta la femineidad.» 38 Es para estar de acuerdo con la perspectiva de Ortega y Gasset, cuando ve en la «cortesía» de las «cortes de amor» el momento inicial de un impulso hacia la exaltación de lo femenino que llega hasta el momento actual. También está en lo justo al señalar el deslizamiento de la caballería varonil de la primera hora épica a la «leí de la cortezia», que preside la caballería trovadoresca, en la que no es el servicio al emperador sino el canto a la dama querida el tema preferente. No era de citar este pasaje de Ortega si no mencionara a san Francisco y viera en él una secuencia -a sumod~ de lo que se vivía en las «cortes de amor». Una ingente cantidad de comentarios a san Francisco trovador parecen dar motivo justificado a Ortega. Y s~ embargo, no parece justificada esta interpretación por 36 Cf. Martín DE R!QUER, Los trovadores. Historia literatura y textos. 2 vols., Ariel, Barcelo– na 1975. 37 Arnaldo FoRTINI; Nova vita di San Francesco. S. Maria degli Angeli, Assisi 1959, vol. I, parte 1, p. 174. 38 J. ÜRTEGA Y GASSET, Estudios sobre el amor. Epi1ogo al libro «De Francesco a Beatrice» (autora Victoria ÜCAMPO). Revista de Occidente, «El Arquero», Madrid 1966, p. 16.

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