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302 E. RIVERA DE VENTOSA sirvió a José de Arimatea para recoger las últimas gotas de sangre vertidas en la cruz. Tras diversas vicisitudes, esta copa fue trasladada a los países de Occidente y ocultada en un monte que nadie sabía dónde se hallaba. De aquí el mito del caballero en busca de lo imposible. Perceval se sintió llamado a esta búsqueda. Canta esta búsqueda Chrétien de Troyes en su poema. Al pasar esta leyenda a Germania, su máximo poeta en la Edad Media, Wolfram von Eschenbach, vio en el caballero Perceval, vertido en Parzival -Par– sifal en la ópera deWagner- el primer «Gottessucher», el primer «buscador de Dios» de la literatura alemana.3- 1 Ahora bien, dado que este poeta escribe cuando Fran– cisco es joven soñador, ¿por qué entonces no decir que Francisco fue el heroico caballero del Grial, al hacer de su cuerpo copa bendita que contenía la sangre de sus llagas, como réplica a la sangre de Cristo? Qué bello tema para un sacro Oratorio franciscano. Algún escritor ha querido ver en Francisco al caballero del Grial. 34 Pero los textos franciscanos, sobrios en sus referencias a los caballeros de la Tabla Redonda, son tercamente silenciosos en relacionar a san Francisco con el caballero del Grial. Como justificación de este silencio pudiérase alegar la mezcla y confusión que se da en la famosa leyenda entre sus elementos nórdicos, saturados de magia y superstición, y las verdades claras del sobrenatural cristiano. El crítico literario J. Frappier observa que hay que decidirse ante esta disyuntiva: «Ou bien le Cante du Graal paganise des données chrétiennes, ou bien il christianisme des données pa:iennes.» 35 De seguro que esta mezcia de paganismo y cristianismo impidió que el alma franciscana se sintiera atraída por tan sugestiva leyenda. Pero, a decir verdad, bien pudiera verse en san Francisco al mejor caballero en busca del santo Grial, por haber hallado la sangre de Cristo en sus propias llagas. Tan bello tema queda abierto. III. LA CABALLERÍA TROVADORESCA DEL CICLO PROVENZAL Y FRANCISCO Vinculamos el arte de los trovadores a Provenza no porque esta región tenga la exclusiva de las «cortes de amor», donde los trovadores contribuyeron con su literatura amorosa al regocijo de las fiestas y torneos caballerescos. Este ambiente festival se extendía por el Mediodía de Francia: Languedoc, Limousin, Aquitania, 33 Cf. Alois WoLF, Chrístlíche Líteratur des Mittelalters. Aschaffenburg 1958, pp. 91-123. 34 H. FELDER, El caballero de Cristo Francisco de .Asís, trad. de P. de Iráizoz. Ed. Francisca– na, Barcelona 1957, p. 105: «Alababa (Francisco) la bondad del Altísimo, que les había concedido el tesoro del santo Grial: "Dama Pobreza".» 35 J. FRANPPIER, ob. cit. en n. 26, p. 203.

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