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VNENCIA PRI!v1F.RA DEL ALlv!A DE SAN FRANCISCO 301 La segunda nota hace referencia a la actuación de estos caballeros. Contra el brillo y aplauso de la ciencia humana san Francisco piensa en el hermano silencio– so, cumpliendo su oculto deber y elevando su plegaria al Padre del que procede todo don. Esto, que ya parece muy claro en el primer texto, se hace transparente en el relato de fray Gil. Francisco pondera al buen hermano. Lo siente impregnado del espíritu caballeresco. Pero es un espíritu de trabajo humilde y silencioso. Para Francisco es el prototipo de sus caballeros de la Tabla Redonda. Así pues: su ideal de igualdad en un trabajo de entrega y servido Francisco lo vio plasmado en los caballeros bretones del rey Artús. Difícil me parece que de esta caballería asumiera otras notas. Se hallan en verdad muy distanciadas del ideal caballeresco de Francisco. Por lo mismo, no las pudo asumir por no sintonizar con ellas. Para poner más en claro esta diferencia recordamos a dos caballeros de la famosa Tabla Redonda: Lanzarote del Lago y Perceval. Del primero se ha dicho que vivió el hondo contraste de la fidelidad y de la infidelidad. Fiel servidor del rey Artús en sus gestas de caballero, lo traicionaba al mismo tiempo en su intimidad, haciendo adúltera a su mujer Ginebra. Ésta es consciente de lo grave de su delito, pero se complace en él, aunque le repugne. Ante este breve cuadro se advierte muy luego a qué larga distancia nos hallamos de los caballeros de la hora heroica de Carlomagno. Los historiadores anotan que este emperador era centro de referencia de su épica caballería, mientras que el rey Artús viene casi a desaparecer ante el protagonismo de sus caballeros, muy preocupados de dejar renombre por sus hazañas y de cuál de ellos era tenido por mejor dechado de caballero. Mucho peor fue que la infidelidad del caballero servidor ascendiera hasta manchar la cámara nupcial del propio rey. Algo impensable en el leal Roldán y en su fidelfairna Alda.'1 1 Cuán presente se hallaba la egregia figura de Roldán en los caballeros que seguían a Francisco, lo dice bien estas palabras de fray Gil: «Muchos entran en la religión. Ylo que ésta le pide no lo hacen. Son semejantes a un labriego que quisiera vestirse de las armas de Roldán y no supiera luchar con ellas.» 32 Ante la figura de Roldán a Francisco y sus caballeros tenía que hacérseles hasta repugnante la conducta de Lanzarote del Lago, asentando el adulterio en las relaciones confiadas con su rey. Por lo que toca al segundo caballero Perceval es indudable que le rodea un clima muy religioso. Más aún hay que decir. En torno a su figura se fue forjando una de las más bellas leyendas de la tradición cristiana: la del santo Grial. Seg{m esta leyenda, la copa con la que Jesús celebró la Cena Eucarística con sus discípulos 31 Nos remitimos a la segunda obra citada de ÜllifTIEN DE TROYES, I,e chevalier de la charrette. 32 Dicta B. Aegidii Assisiensís, Quaracchi 1905, p. 63.

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